El saliente mandatario le entregó la banda a un edecán militar, con lo que rompió la tradición de asistir al Congreso para la asunción del sucesor en el cargo. Cristina Fernández viajó para la asunción.

Para evitar los abucheos, Alan García hizo un rápido traspaso de mando a Humala

Por UNO

El saliente presidente Alan García entregó este jueves al medio día (hora argentina) la banda presidencial y abandonó Palacio de Gobierno, rompiendo la tradición de acudir a la sede del Congreso para asistir a la ceremonia de asunción de mando del nuevo presidente.

García, de 62 años, se despidió de sus ministros y de algunos de sus ex ministros en el patio principal de Palacio de Gobierno, se despojó de la banda presidencial que entregó a un edecán militar, y abordó una camioneta negra de vidrios polarizados que lo llevó con rumbo desconocido.

Días atrás, García había anunciado que no asistiría a la ceremonia de asunción de su sucesor Ollanta Humala, y negó que constituyera un "desaire" sino que dijo buscaba evitar ser "maltratado" como en 1990, cuando al concluir su primer gobierno (1985-90) fue abucheado en el legislativo.

En el Congreso, Humala recibió los atributos del mando de manos del presidente de ese cuerpo, el oficialista Daniel Abugattás. Para la ocasión, la presidenta argentina, Cristina Fernández, viajó a Perú, como la mayoría de los mandatarios de la región.

En su discurso, el flamante presidente peruano expresó: "El incremento desmedidos de los conflictos nos demuestran día a día que es urgente reparar las injusticias e instalar el diálogo en nuestra sociedad", declaró. 

Humala afirmó que "la diversidad constituye nuestra mayor riqueza, sin embargo durante mucho tiempo ha existido una práctica de la exclusión que cobijó la intolerancia".

“Vivimos en un Estado alejado de sus ciudadanos incapaz de protegerlos. Ahora necesitamos más Estado, más patria y que la corrupción sea sancionada”, sentenció el mandatario. “La democracia expresó en las urnas un mandato que debe ser honrado. Hay que recuperar un sistema de valores éticos inherente a la Rúpblica. Pero no será tarea fácil, porque implica enfrentar y superar nuestros problemas,. La realidad exige transformaciones para que la igualdad y un desarrollo que nos incluya a todos sea un acto civilizatorio y un compromiso colectivo”, aseguró. Y agregó: “Necesitamos un nuevo contrato social”, afirmó.

Tras su primera presidencia, García dejaba el país sumido en una profunda crisis económica con hiperinflación de cuatro dígitos, generada por una serie de medidas populistas y por su decisión de enemistarse con los organismos financieros multilaterales al declarar la moratoria de la deuda externa.

En 2011, García deja una economía vigorosa, con un crecimiento de 7% en promedio anual, inflación menor al 3%, y reservas internacionales por más de 47.000 millones de dólares.

Sin embargo, en las últimas semanas arreciaron las críticas de sus oponentes que le acusaron de haber gobernado sin sensibilidad social.

El miércoles en la noche, García dirigió su último mensaje al país, trasmitido por televisión, en el hizo un breve balance de su mandato y agradeció a los peruanos por haber hecho posible un crecimiento de la economía peruana sin precedentes en los cinco años de su gestión.

Además afirmó que "nunca dejé de tener afecto por los más humildes", y pidió perdón a quienes pudieron haberse sentido ofendidos "por mis palabras o mis hechos".

Es tradición en los cambios de mando en Perú, que el presidente que deja el gobierno acude al Congreso, donde entrega la banda presidencial, y pronuncia un discurso de despedida poco antes que su sucesor sea investido como nuevo mandatario.

FUENTES: AP e Infobae.com