Ingenieros de la planta nuclear Fukushima, seriamente dañada por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo en Japón, se mostraron satisfechos con las tareas que hasta ahora se han realizado para controlar los reactores. Sin embargo, se mantiene el peligro del desastre nuclear.
El gobierno nipón pretende que la central no vuelva a funcionar en un futuro, dados los graves daños que sufrió y las consecuencias que tuvo. En estos días, se confirmó la presencia de radiactividad en comidas y en el agua potable de Tokio.
300 técnicos luchan en la zona de peligro por salvar la planta de Fukushima con camiones cisternas y toneladas de agua que tras 13 horas de trabajo ininterrumpido el reactor número 3, el más peligroso de los seis que componen la central debido a que contiene una mezcla de uranio y plutonio, que se ha estabilizado.
Aunque en un principio volvió a aumentar la presión en el núcleo de este reactor, posteriormente Tepco, la empresa operadora de la planta, informaba que el agua había logrado estabilizarlo. Además se ha conseguido verter unas 80 toneladas de agua también el reactor 4, que sufre también problemas en su piscina de combustible.
El trabajo también pasa llevar energía otra vez a las bombas de agua, usadas para enfriar el combustible nuclear sobrecalentado de los reactores. Los técnicos japoneses conectaron un cable de energía a los reactores número 1 y 2, con la esperanza de restaurar el suministro eléctrico para probar el encendido de las bombas. Y lo lograron, por el momento, en el número 2, según la agencia de noticias Kyodo News.
"Estamos haciendo progresos (...pero) no deberíamos ser muy optimistas", dijo Hidehiko Nishiyama, vicedirector general de la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón.
De confirmarse el éxito de esta parte de la misión, podría ser un punto de inflexión en una crisis ya considerada tan grave como el accidente de Three Mile Island en Estados Unidos en 1979. Si no, se deberán adoptar drásticas medidas como enterrar la planta con arena y concreto como ocurrió en Chernóbil después del peor desastre nuclear del mundo en 1986.