TOKIO (AP) — El terremoto y el tsunami que pulverizaron las costas de Japón desactivaron los mecanismos de seguridad de un banco y dejaron una bóveda abierta, lo que permitió que alguien pudiera robar unos 40 millones de yenes (medio millón de dólares).
Los fenómenos del 11 de marzo desactivaron los mecanismos de seguridad de una sucursal del Shinkin y abrieron la bóveda, lo que permitió que se llevaran unos 40 millones de yenes.