Agregó que "la traición" se trató de un robo de dinero producto de una venta de drogas, lo cual generó la represalia.
Según Chavarría, hubo "una escisión interna del grupo a nivel centroamericano" e incluso indicó que "perfectamente podrían haber otras víctimas que no se han identificado por autoridades de la región".
El grupo de traficantes estaría conformado no solo por costarricenses, sino además nicaragüenses y guatemaltecos.
El caso en Costa Rica está en manos de la Unidad de Lavado del OIJ.
Agentes y grupos especiales de la policía realizaron el martes cinco allanamientos en diversos puntos del país, entre esos una lujosa vivienda que ocupaba el sospechoso. También se registró la casa de sus padres, dos negocios y una finca.
Donde se creía que Jiménez González vivía, "es una casa de un costo importantísimo, imposible para una persona de un nivel como el que supuestamente tenía esta persona", señaló Rojas durante la conferencia.
Las autoridades presumen que Jiménez González escapó del país rumbo a Panamá utilizando un pasaporte con una identidad falsa o está oculto muy cerca de esa frontera, mientras que tienen informes de que su padre viajó hacia Japón.
Rojas explicó que el grupo estaba bajo la mira del OIJ desde el 2010 por los elevados movimientos de dinero que realizaba.
"Guatemala está empoderada del caso principal, es previsible que se gire orden de captura internacional", dijo Chavarría, aunque recordó que de ser capturado en Costa Rica, Jiménez no podrá ser enviado a otra nación para ser juzgado pues la ley lo prohibe.
Aunque las acciones del martes no arrojaron detenidos, Rojas destacó que el objetivo era localizar más material que sirva de prueba en el caso de lavado.
AP