Fueron comicios municipales en los que la oposición de centroizquierda derrotó al oficialismo, aún en los tradicionales enclaves de la derecha.

En las primera elecciones voluntarias en Chile, el 60% no concurrió a votar

Por UNO

Santiago de Chile. — La oposición de centroizquierda se impuso en las elecciones municipales de Chile, logrando incluso triunfar en comunas que eran bastiones de la derecha. La oposición a la coalición gobernante de derecha del presidente Sebatián Piñera quedó así con el camino allanado para recuperar el poder en las presidenciales de 2013. Estas fueron las primeras elecciones en Chile con voto voluntario. La abstención, sin embargo fue altísima, superior al 60 por ciento, en un llamado de atención al sistema tradicional de partidos, tanto de derecha como de centroizquierda.

La oposición compitió en la tradicional Concertación, que en esta elección sumó al Partido Comunista en algunos distritos, así como con otras formaciones progresistas e independientes. La Concertación se recuperó de esta forma de la derrota que sufrió en las municipales de 2008, que anticiparon la posterior victoria de Piñera, el primer mandatario de derecha en Chile tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet, en 1990.

Victorias emblemáticas.La oposición obtuvo al menos ocho victorias emblemáticas. La alianza de gobierno perdió en Santiago y en las comunas capitalinas de La Reina y Providencia, hasta ayer bastiones del oficialismo. Este también perdió en Concepción, Recoleta, Independencia y Cerrillos. En Providencia, la independiente Josefa Errázuriz le ganó al alcalde Cristian Labbé, quien fue guardaespaldas de Augusto Pinochet. Errázuriz se impuso por 56 por ciento a 44 por ciento. En Santiago, Carolina Tohá, del PPD, integrante de la Concertación, se impuso al derechista Pablo Zalaquett, por 50,71 por ciento a 43,82 por ciento.

En el resultado global el oficialismo sumaba 27 intendentes, la Concertación, 15 y otra formación similar, Concertación Progresista, 5. Pero es claro que el gobierno de Sebastián Piñera y su alianza retrocedieron incluso donde no pensaban hacerlo. Hubo asesores de la ex presidenta socialista Michelle Bachelet, como Tohá, que lograron triunfos inesperados. "¡Se siente, se siente, Bachelet presidente!", gritaron adherentes de oposición frente a la municipalidad de Santiago. Paralelamente, el triunfo en Providencia de Errázuriz, una líder surgida de los movimientos sociales y ciudadanos, rompió el bipartidismo que domina a Chile desde el retorno a la democracia.

El oficialismo, que enfrentará comicios legislativos y presidenciales en 2013, obtuvo finalmente 1,8 millones de votos sobre un total de 13 millones de electores potenciales. La cifra representó un 37 por ciento de los votos emitidos. La oposición de centroizquierda, sumó un 44 por ciento de los sufragios emitidos, yendo en dos listas. El Partido Progresista de Marco Enríquez-Ominami, que compitió por fuera de los dos bloques dominantes, obtuvo un 3 por ciento. Las demás agrupaciones sumaron menos de un 5 por ciento.

Desde que asumió y sucedió a la socialista Michelle Bachelet, en marzo de 2010, Piñera ha hallado crecientes dificultades para sintonizar con la sociedad chilena. Al ya permanente conflicto con los estudiantes secundarios y universitarios se suma una caída irremontable en las encuestas de la figura de Piñera. En contraste, la ausente Bachelet (vive en Nueva York, donde trabaja para la ONU) exhibe un nivel de apoyos que preludian su cómodo retorno al poder en 2013. Sin embargo, el altísimo nivel de abstención juvenil en las elecciones de ayer es un llamado de alerta para ambas formaciones políticas.

Absteción récord. La abstención desbordó el 60 por ciento, confirmando la crisis de representatividad que afecta a la clase dirigente, en especial desde la ola de protestas sociales que comenzó en 2011. La elección, la primera en que el sufragio fue voluntario desde 1990, cerró incluso con decenas de mesas con cero votos, como sucedió en la populosa comuna de Recoleta. La abstención fue reforzada por los llamados de líderes estudiantiles a no votar. "Le dimos voz al descontento", dijo la dirigente de los estudiantes secundarios, Eloísa González, quien encabezó los llamados a la abstención con la campaña "Yo no presto el voto".