En 4 meses funcionando, en el centro, ya han permitido 559 detenciones o aprehensiones. El ministro Aranda dice que hay cuestiones legales y jurisprudenciales para discutir.

La eficacia de las cámaras de seguridad abrió un nuevo debate jurídico

Por UNO

En los cuatro meses que lleva el sistema de cámaras que vigilan puntos estratégicos del microcentrocapitalino la Policía realizó 353 procedimientos que llevaron a la detención o aprehensión de 559

personas. En esta primera etapa se instalaron 74 aparatos y para finales de julio, cuando concluya

la segunda, se llegará a 120. Aseguran que la discusión que se viene gira en torno al valor de las

imágenes como prueba ante la Justicia.

El Ministerio de Seguridad difundió en las últimas horas una serie de videos con imágenes

captadas por las cámaras, que pueden verse en www.diariouno.com.ar, donde se muestra el accionar de

punguistas en calles céntricas, ladrones "reventando" un auto en plena madrugada o jóvenes

consumiendo drogas a media mañana en una plaza pública. Los objetivos son dos: por un parte,

demostrar los alcances del sistema, y, por otra, ayudar en la prevención del delito a través del

desenmascaramiento de las estrategias de los delincuentes.

Estos y otros hechos movilizaron a las fuerzas policiales para realizar procedimientos por

hurtos, daños, robos, averiguación de robo agravado, infracciones a la Ley N°23.737 de

Estupefacientes, averiguación por capturas o medidas pendientes, infracciones al Código de Faltas y

otras violaciones a distintas leyes.

Ubicado en el corazón del CEO (Centro Estratégico de Operaciones), el Centro de Visualización

alberga a un grupo de ocho a diez operadores que chequean permanentemente unas seis cámaras cada

uno. Los aparatos se mueven a un ritmo constante, realizando una especie de paneo de prácticamente

360 grados. Cuando el operador detecta algún movimiento extraño o sospechoso, mediante el ingreso

de una clave accede a manipular el lente a su voluntad, de manera tal de acercarse al objetivo,

tomar detalles como patentes de automóviles o rostros de personas. Si detecta que se está

cometiendo algún delito o una conducta que pueda terminar en él advierte a sus compañeros del 911

para que éstos, a través del sistema Tetra, desplacen al lugar al efectivo que está más cerca

(patrullero, moto, canes). Así, casi en tiempo real, los sujetos son detenidos y trasladados a la

comisaría más cercana para su identificación.

Carlos Aranda, titular de la cartera, recibió a UNO en su despacho para evaluar el sistema a

120 días de su implementación.

–¿Cuál es el objetivo del sistema de cámaras?

–El objetivo principal es la prevención y la represión del delito. En el caso de los pungas

ya se venía trabajando desde Inteligencia Criminal para tratar de debilitar su accionar, y una

manera es identificándolos. Hicimos un listado de pungas ya conocidos, que han sido detenidos en

alguna oportunidad en el centro, que se les ha hecho un prontuario, que se sabe que son pungas.

–¿Y si saben por qué no están presos?

–Es la otra pata de la cosa... Los pungas no trabajan solos. Eligen a la víctima, la rodean y

con un pañuelo o trapo tapan el bolso o la cartera a robar, meten la mano, sacan la billetera y

luego se la entregan a otro que está esperando cerca. Frente a eso movilizamos a la Policía, los

detenemos y los llevamos por averiguación de antecedentes. Ahora, si la víctima ya no está, es un

tema, si al delincuente no lo encontramos con las cosas robadas, es otro tema. En definitiva, lo

que logramos es que empiecen a tener antecedentes por hurto. Pero hay cuestiones jurisprudenciales

y legales que hay que empezar a discutir.

–En

los videos las caras de los pungas aparecen pixeladas. ¿Por qué no se muestran si han sido

pescados in fraganti?

–Porque la ley argentina dice que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo

contrario. Esta es la discusión que hay que dar. Las cámaras son una tecnología que se ha

incorporado al sistema de seguridad. Sirven para hacer prevención y represión del delito, sirven

para que junto con los medios de comunicación y las organizaciones intermedias trabajemos con los

videos p ara educar a la gente en los cuidados que hay que tener. Pero todo esto tiene que ir

acompañado de una rediscusión de las normas legales, del trabajo de la Justicia.

–Actualmente, ¿lo registrado sirve como prueba de la comisión del delito?

–Es una valoración que tienen que hacer los juzgados. Siempre se toman como una prueba

documental, pero que tiene que ir acompañada de otras pruebas. Por ejemplo, con el quiosquero del

barrio Unimev (Rubén Flores, asesinado el 15 de junio último) encontramos el arma, la peritamos y

sabíamos que era el arma homicida. Eso es una prueba. Teníamos a una persona con el arma homicida,

entonces se la podía imputar de participación en el homicidio pero no de ser el homicida. Después

hubo alguien que lo identifica como que había salido del quiosco. Entonces, ya tenemos un testigo

que dice que salió del quiosco y ahí cambia la calificación en la causa. Si tuviéramos una

filmación, sería una prueba más.

–Es decir, que refuerza las otras pruebas pero no es prueba suficiente...

–Exactamente. Ese es el debate que hay que dar: qué valor vamos a darle a este tipo de

pruebas.