El titular del Servicio Penitenciario provincial, Eduardo Orellana, negó ayer de modo contundente que se haya usado como espacio de estadía permanente para los reos una jaula del pabellón cinco del penal de Almafuerte, en Luján de Cuyo, luego de que la jueza de Ejecución Penal, Mariana Mercedes Gardey, prohibiera su uso. La magistrada, encargada de velar por los derechos de los condenados en prisión o en proceso de libertad, había hecho lugar a un recurso de hábeas corpus presentado por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), oficina que depende de la Procuración General de la Nación, a cargo de Alejandra Gils Carbó. En su resolución, la magistrada ordenó la clausura de la jaula y prohibió el alojamiento de internos.La imagen de la jaula con presos en su interior y el frío paisaje de montaña a la vista recorrieron ayer los principales medios de comunicación nacionales e internacionales, causando gran impacto, repercusión y repudio, además de una fuerte polémica sobre el trato indigno que recibirían los presos. Además, el mismo hábeas corpus les ordenó a las autoridades penitenciarias mendocinas mejorar las condiciones de vida de los internos del pabellón 5, cuestionando la calidad de la alimentación, el mal estado edilicio del pabellón, la falta de limpieza y la deficiente calefacción. "Se usó para el recreo"Ante la novedad el Servicio Penitenciario mendocino salió frontalmente a negar y contrarrestar las versiones que corrían por medio mundo con la implacable imagen de la jaula. Su titular, Eduardo Orellana, aclaró que no vive ni nunca vivió gente en la jaula y cuestionó oficialmente a la jueza Mariana Gardey, quien hizo lugar al hábeas corpus, criticándole que antes había estado de acuerdo con el uso del módulo y ahora no.En diálogo con Diario UNO, Orellana afirmó: "Me extraña muchísimo lo decidido por la jueza Gardey porque ella en su momento aceptó esta solución".Sobre la jaula y su uso, el funcionario sentenció: "Negamos rotundamente que viva gente o que se aloje alguien de forma permanente allí porque no sobreviviría por el frío que hace en la zona".El jefe máximo del Servicio Penitenciario local indicó en cambio: "Esa estructura se instaló el año pasado sólo en el pabellón cinco con el objeto de que algunos internos pasaran allí las horas de recreación, porque no podían estar con el resto de los presos del pabellón".Orellana explicó: "Los presos del pabellón cinco tienen alta conflictividad con el resto de la población penal y también entre ellos"."Hay algunos que se niegan a compartir los espacios de recreación con sus compañeros en los patios que ya tiene el pabellón", continuó.Recalcó: "El interno que iba a la jaula lo hacía por voluntad propia, a pedido. Tiene un baño y dos espacios diferenciados para que nadie pueda entrar y salir". La Justicia la había aprobadoEl director del Servicio Penitenciario explicó que la jaula de recreación se instaló a raíz de un recurso de la Justicia.Reseñó: "Por esta conflictividad en los recreos, el año pasado fue presentado un hábeas corpus, en el que nos exigieron generar un espacio exclusivo para los internos que estuvieran en riesgo". Contó: "Nos obligaron a generar este lugar, el que además no tenía que tener muros que impidieran la vista al paisaje a los internos". Orellana resaltó: "Propusimos a la jueza Gardey este módulo tipo jaula para resolver el problema y a ella le pareció bien y lo aceptó. Por eso me extraña que ahora lo rechace". Inclusive, señaló que hace poco la jueza de Ejecución Penal les exigió una serie de refacciones en la jaula, que llevaron a cabo para mejorar las condiciones y habían sido aprobadas. Malas condiciones ediliciasFuera de la polémica de la jaula, en el Servicio Penitenciario aceptaron que el estado edilicio del pabellón cinco no es bueno y el director acusó a los internos de su deterioro."Los daños que tiene el lugar son provocados por los mismos presos. Tenemos que acelerar los tiempos de mantenimiento con los daños que continuamente van provocando los internos", señaló.En cambio, Orellana rechazó de plano que haya problemas con la comida, como dice el hábeas corpus y explicó: "Hemos apelado este hábeas por todo esto y porque además es extraño que objeten lo de la comida porque lo que se sirve para el desayuno, almuerzo y cena lo hace un servicio tercerizado, con normas ISO y con menú para hipertensos, diabéticos y celíacos".
Eduardo Orellana dijo que se usó para los recreos de los que se niegan a estar con sus compañeros por seguridad. Acusó a la jueza que prohibió el uso de la instalación de haberla autorizado en 2015. Negativa repercusión mundial