Los primeros policías que llegaron a la escena adonde había ocurrido el asalto comprobaron que los ejecutores actuaron con inusitada violencia para evitar cualquier intento de resistencia por parte de las víctimas.
Sin posibilidades físicas de defenderse frente a los atacantes, la única alternativa que tenían las mujeres para intentar terminar con la acción de los intrusos era tratar de alertar a los vecinos con gritos.
Ante el menor intento de ejercer esa vía, la menor de las mujeres recibió una brutal agresión por parte de uno de los malhechores. A la postre, esta mujer fue la que resultó con las lesiones de mayor consideración. Cuando concluyó el atraco, las víctimas fueron revisadas y atendidas por médicos.
Caleri puntualizó que los tres maleantes escaparon con dinero y otros objetos de valor sin dejar pistas evidentes para establecer su paradero.
La cuantificación del botín es una de las tareas que ocupan a los investigadores. Determinar qué objetos se llevaron de la casa puede ser clave para llegar a los autores del robo, si es que estos son identificados después de que sean comercializados en el mercado negro.
Los ladrones ingresaron a la vivienda engañando a la mujer mayor mientras se encontraba en el jardín.
Según las versiones recogidas por la policía en el lugar, dos delincuentes habrían ingresado a la casa mientras el tercero permaneció en el exterior cumpliendo el rol de campana.
La menor de las víctimas fue sorprendida en la ducha por los asaltantes y de entrada recibió el primero de los múltiples golpes que soportó, dirigido certeramente a su cara.