“No hay excepciones, la ley establece que está prohibida la doble fila, pero el inspector de tránsito tiene un criterio: el caso de los colegios”, señaló a diariouno.com.ar Levrino, quien agregó que como solución se designa un inspector al ingreso y egreso de los chicos en las escuelas del centro.
“En un colegio que tiene 500 matrículas confluyen 250 vehículos en el lapsus de 4 minutos en un determinado lugar, donde hoy el padre quiere ver ingresar a su hijo al colegio por medidas de seguridad, nosotros ubicamos en la mayoría de los colegios del microcentro inspectores en la mañana, quienes educan, previenen accidentes y agilizan el tránsito en función que sea mucho más rápido para el ascenso y descenso de pasajeros. Trabajamos en función que el flujo sea mucho mas rápido”, justificó Levrino a este portal.
La doble fila en las escuelas es una de las principales razones por las cuales se arman interminables atolladeros de tránsito en el microcentro, ya que los que buscan a los alumnos no sólo frenan el tránsito en la cuadra frente al colegio en cuestión, sino también los de las calles aledañas a las escuelas. Esto en horarios pico de entrada y salida de quienes, trabajan, por ejemplo, en comercio, y para quienes ingresan a Capital a realizar trámites.
Según Levrino, para evitar esto piden "la colaboración" de los padres para que en el caso del ingreso vayan un poco antes de la hora más crítica. “Por supuesto que lo estamos avalando porque van a buscar a sus chicos a la escuela, es una particularidad que tenemos que atender, por eso enviamos nuestros inspectores de transito a los colegios donde hay inconvenientes en el ascenso y descenso”.
Además de estas infracciones que son detectadas en la mañana y en la tarde, “también lo observamos en las zonas de diversión nocturna, puntualmente en la calle Arístides, San Martín y Colón”.
El objetivo de la fotonota, explicó Levrino, es que quien cometa la infracción tenga la sanción correspondiente. Pero está pensada, al menos en Capital, como un complemento de la infracción. No como en Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe, donde la fotonota es en sí el único comprobante de la infracción, sin intervención de un inspector.