A partir de septiembre de 2024, la industria aérea experimentará un cambio significativo en la regulación de equipajes de mano, marcando un punto de inflexión en las normas de viaje internacional. La nueva normativa estadounidense busca unificar criterios con Europa, estableciendo medidas claras y transparentes que prometen transformar la experiencia de los pasajeros.
La normativa introduce dimensiones estandarizadas para los equipajes de mano, estableciendo medidas precisas entre 55 cm x 35 cm x 20 cm y 56 cm x 45 cm x 25 cm, con un peso máximo que oscilará entre 7 y 10 kilogramos. Este cambio no solo busca clarificar las reglas, sino también simplificar los procesos de control en los aeropuertos, reduciendo la confusión y el estrés de los viajeros.
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Ahora deberás pesar tu equipaje antes de subir al avión.
Un aspecto crucial de esta nueva regulación es la obligación de las aerolíneas de incluir el equipaje de mano en el precio del billete, eliminando cobros adicionales y proporcionando mayor transparencia a los consumidores. La medida representa un importante avance hacia un modelo más justo en la industria de la aviación.
La unificación de criterios entre Estados Unidos y Europa responde a un objetivo fundamental, mejorar los protocolos de seguridad y facilitar el tránsito de pasajeros. Las restricciones sobre objetos transportables permanecen estrictas, prohibiendo elementos como objetos afilados, líquidos en envases superiores a 100 ml, aerosoles, geles y sustancias inflamables.
Las autoridades de aviación son conscientes de que la implementación será gradual y requerirá una adaptación progresiva por parte de las aerolíneas. La colaboración entre las autoridades estadounidenses y europeas será clave para garantizar una transición fluida y coherente.
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Las medidas aplican para todos los pasajeros.
Aunque el cambio representa un avance significativo, las aerolíneas aún conservarán cierto control sobre los artículos permitidos en cabina, como bolsas adicionales y dispositivos electrónicos. La nueva normativa no elimina completamente la discrecionalidad de las compañías, pero establece un marco mucho más claro y predecible para los viajeros.
Con esta transformación, la industria aérea da un paso importante hacia la estandarización y la mejora de la experiencia del pasajero, reduciendo la incertidumbre y facilitando los viajes internacionales.
