materia de derechos civiles quizá después de la también fuerte discusión por la ley de divorcio en1987: la modificación del Código Civil que permitiría a dos personas del mismo sexo contraermatrimonio. Los diputados por su parte repasarán el viejo proyecto de Ley de Glaciares impulsadopor la ex diputada nacional y docente Marta Maffei. Ambos debates serán con toda seguridad entretenidos y muy posiblemente apasionados. Esperemostambién que sean interesantes y ricos desde el punto de vista argumental. En ambos casos considerotambién que sería positivo que ganaran los positivos o sea el 'sí'. Es necesario que se reconozcanderechos que apuntan a igualar a cualquier ciudadano. En ambos casos se discute la igualdad si nosponemos a pensar. Iguales aquellos que sufren la contaminación de sus aguas y sus suelos en lasprovincias dañadas con las mineras a cielo abierto que les toman y les contaminan litros y litrosde aguas por día. E igualdad para aquellos que quieren contraer matrimonio y que deciden 'corrervista' en un acto civil de eso al Estado. El Estado, y en este caso el Parlamento, está paragarantizar derechos. Espero ser sorprendido por la inteligencia de algún o algunos senadores no oficialistas que 'la rompan' con sus discursos y hagan aparecer lo que hace falta en esta discusión: mesura, razón ycriterio y se alejen de las visiones banales de aquellos que sostienen que esto sólo representaríauna victoria o una derrota kirchnerista. Como si esto no fuera en el fondo la discusión por incluiral menos a cuatro millones de argentinos en un derecho simple. Y ojo, todos el mismo derecho. Comosabemos, en este asunto, el patético estigma de lo sexual sobre lo homosexual de algunos sectoresradicalizados estará dando vueltas en todo momento con lo cual la temperatura del lugar dediscusión podría romper termómetros y superaría holgadamente los 45°. En el caso de glaciares quiero manifestar mi solidaridad con la lucha incansable de un hombrecomo Miguel Bonasso (colega periodista) que ha remontado casi en soledad una norma vital ynecesaria como es la Ley de Glaciares que protege de manera permanente la zona glaciar yperiglaciar de la Argentina obligando a que las mineras terminen con el uso de cianuro y químicosdestructivos. Cuando la defensa cerrada de algunos legisladores –paradójicamente ningún legisladorde provincias linderas a la Cordillera de los Andes por presiones políticas- nos lleve a darnos unavuelta por esos magníficos bloques de hielo –que representan una de las máximas riquezas de aguadulce del planeta y que tenemos el privilegio geográfico de poseer en el oeste del país- nos haráun frío polar de unos 18° bajo cero. ¡Qué loco estará el clima en el Congreso el miércoles! Lerecomiendo que si se da una vuelta lleve bermudas y gamulán. Ambas pilchas le harán falta, créame. Me despido no sin antes decir en síntesis algo que habrá quedado claro: Sí a la Ley deGlaciares. Sí al Derecho al Matrimonio para todos los ciudadanos argentinos por igual.