Un vecino de la localidad sureña de Caviahue construyó un túnel en la puerta de su casa porque la nieve tapó la entrada. Las grandes nevadas que azotan el lugar hicieron que la puerta esté totalmente bloqueada.
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Tras dos días de copiosas nevadas, un vecino de Neuquén, cavó un túnel de 10 metros y techo abovedado para poder salir de su casa. Si bien el autor de la obra de ingeniería está acostumbrado a las precipitaciones de nieve, tomó la decisión de construir el pasadizo cuando la puerta de su hogar quedó sepultada.
Carlos "René" Bertolini, de 57 años, es un instructor de esquí pionero en la zona, donde se instaló en 1986 luego de que se fundara la localidad cercana al volcán Copahue. Por eso, como todos los habitantes de la zona, está acostumbrado a lidiar con las fuertes nevadas. Sin embargo, en las últimas jornadas, la situación empeoró debido a una construcción lindera a su casa que formó un reparo del viento para los copos helados y posibilitó la acumulación en exceso.
Pasado el temporal, Bertolini intentó salir de su casa y se dio cuenta de que iba a tener que crear un pasadizo para llegar a la calle. Si bien podría haber optado por otra salida, como trepar la montaña de nieve que lo separaba de la vía pública, el hombre aprovechó el tiempo libre de la cuarentena y resolvió aventurarse a cavar un túnel de 10 metros y techo abovedado. "Es una cuestión de física de tercer año de la secundaria", le dijo.
Así, el hombre comenzó la construcción de una verdadera obra de ingeniería durante la mañana y la terminó el mismo día a la tarde. Una vez finalizada la excavación, el constructor amateur sufrió un contratiempo: al día siguiente, una intensa nevada cubrió nuevamente el camino. Bertolini tomó la pala y volvió a cavar hasta la calle.
No conforme con la obra terminada, empezó a trabajar en los detalles del túnel: alisar las paredes, apisonar la nieve del suelo y hasta darle un toque de calidez con la instalación de luces. De este modo, en horas de la noche o a la madrugada cuando todavía no sale el sol, el túnel de hielo se ve iluminado en esa curiosa profundidad de tonos celestes, como si se tratara de una construcción planificada en lugar de un anexo efímero de la propiedad.
