Britney Thomas es una jugadora australiana de críquet , que el año pasado se fracturó el pulgar en medio de un partido. Los especialistas de un hospital local le dijeron que tendría que someterse a una cirugía simple y que se recuperaría pronto. Sin embargo, por error de un médico, la adolescente perdió el dedo, le implantaron un dedo del pie y frustraron su oportunidad de convertirse en una atleta profesional.
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El caso fue a dado a conocer por ABC News como parte de un documental estrenado esta semana sobre la problemática en los hospitales regionales de Australia, en donde los malos tratamientos han ocasionado graves lesiones, discapacidades e incluso la muerte de pacientes.
La joven de 17 años, fue operada del pulgar izquierdo en abril de 2018 en el Hospital Regional de Latrobe, en el estado de Victoria. La intervención quirúrgica, considerada de rutina, fue todo un éxito, pero seis días después un dolor insoportable debajo del yeso la obligó a visitar un médico.
El traumatólogo que la atendió notó que el dedo estaba ligeramente inflamado y de color púrpura oscuro, lo que produjo una infección. Y le explicó que la razón de debía a que los médicos que la operaron habían olvidado retirar un torniquete elástico utilizado durante la cirugía. Tal descuido había provocado la interrupción del flujo sanguíneo y, en consecuencia, una seria necrosis en la zona.
Una verdadera odisea médica
A partir de esa consulta, los especialistas intentaron salvar el dedo pulgar de Britney utilizando todos los métodos posibles. Como primera medida, le colocaron sanguijuelas buscando mantener la circulación de la sangre, luego cosieron el pulgar a la ingle de la adolescente con la esperanza de reactivar la función de los nervios y las arterias del dedo. Sin embargo, todos los esfuerzos resultaron inútiles.
Finalmente, un cirujano decidió amputar el miembro afectado y reemplazarlo con el dedo gordo del pie de la propia paciente. De manera consecuente, le crearon un hueso nuevo a partir de un trozo de cadera para sustituir el apéndice inferior.
El grave descuido médico dejó a Britney con una seria limitación en la mano izquierda y un significativo defecto estético en el pie. Además, las constantes visitas al médico la obligaron a perder muchas clases y decidió abandonar la escuela.
Un error devastador
Al momento que el hospital abrió la correspondiente investigación, se descubrió que el personal partícipe de la cirugía había registrado por escrito el retiro del torniquete elástico, cuando en realidad era mentira. Al respecto, el director de la institución, Peter Craighead, se disculpó por el negligente acto, el cual calificó como "devastador".
"Pensamos que teníamos procedimientos y políticas sólidas para garantizar un entorno muy seguro. Cometieron un error. Lo que le pasó a Britney no volverá a suceder", aseveró Craighead.
Mientras, la joven ha retomado nuevamente sus prácticas de críquet, pero la imposibilidad de volver a doblar el pulgar le hace muy difícil agarrar el bate que se usa en este deporte. "Estoy destrozada, porque jugar al críquet es lo único que quiero hacer", confesó preocupada.
Fuente: Crónica