Este es el vestido para el Acto Central

el Frank Romero Day.

Las jóvenes vestirán un atuendo de seda plateado con un importante corset de lentejuelas

espejadas, ya que la intención de la diseñadora Dalila Tahan es mostrarlas como verdaderas

estrellas: brillantes y glamorosas.

"Elegí el plata porque la Secretaría de Cultura me dio opciones de colores y pensé: el piso

del Anfiteatro es color cemento, el cielo con estrellas azul marino... para mí la noche es plata. Y

que ellas lleven ese brillo es algo fuerte", explica Tahan mientras corta el largo del ruedo para

que las chicas no se pisen el vestido al descender por las escaleras del escenario o al bailar el

gato.

Sin haberlas medido previamente, la diseñadora cortó los vestidos sólo con haberles dado un

vistazo y optó por los talles de 38 a 40. En general acertó, pero los ajustes de largo y de sisa

fueron inevitables.

Para las reinas, esta creación es muy parecida a un cuento de hadas, ya que comienzan a

acostumbrarse al trato que se les brinda como majestades.

De inmediato surgen preguntas sobre cómo llevar este vestido, si con el mismo taco de la

prueba, con un corpiño armado sin breteles, con unos aros plateados importantes o con el pelo medio

recogido al estilo griego. Y la respuesta depende de cómo se sienta cada soberana.

La corona no se va

Como no podía ser de otra manera, Tahan les contó a las chicas que quería hacerles una tiara

plateada con hojas de parra y uvas para armonizar con todo el conjunto. La idea era que se

sintieran más cómodas en ese momento crucial porque muchas coronas son muy pesadas. Pero Cultura no

aprobó ese cambio y para disgusto de Tahan, el dorado en las cabezas de las soberanas desentonará

con el resto.

"Yo no decía no a la corona, sólo quería hacer algo que evocara al dios griego del vino,

Baco, ya que estamos hablando de un teatro griego y un vestido con esas reminiscencias".

Algunas soberanas, como Sofía Ponce, de Tunuyán, o Claudia Proffeto, de Malargüe, están de

acuerdo con aggiornar los atributos para acompañar los vestidos, pero no quieren que se interprete

que les molesta llevar su propia corona. En cambio Tamara Otero, de Junín, sólo se limitó a

contestar que al aceptar ser reina estuvo conforme con llevar todos los atributos. Belén Brea, de

Tupungato, apuntó que algunas coronas son muy livianas y no sería tanto problema sostenerlas. "Para

llevarla cuando estás derechita es hermosa, ahora si te agachás, es cierto que se puede caer",

dijo.

Otra sorpresa será la banda identificatoria de cada departamento. Como es la Vendimia del

Bicentenario están confeccionadas con los colores de la bandera argentina y bordadas.