vendimia solidaria
Un comedor ubicado en Perdriel fue creado por Sandra Salinas Balderramo y ayuda, día a día, a una gran cantidad de niños de la zona.

Pequeños gigantes

Por UNO

Claudia Veloce [email protected]En el asentamiento Cuadro Estación, de Perdriel, funciona un comedor que recibe todos los días a muchos niños que se acercan para almorzar o merendar. Si bien el lugar es pequeño, los sueños como el corazón de quien ahí los espera, Sandra Salinas Balderramo, de 41 años, casada y con cinco hijos, son gigantes.Hace tres años le diagnosticaron cáncer de garganta, hizo todos los tratamientos y cuando estaba terminando la última quimioterapia su cuerpo no resistió más y se abandonó en una profunda depresión. Para los especialistas ese era el final. Sin embargo, poco a poco con el cuidado de su familia y sus hijos fue recuperándose. Una de esas noches, luego de finalizado el tratamiento, tuvo un sueño: darles de comer a los niños del lugar. "Al otro día me levanté y no tenía nada para ofrecerles, pero estaba decidida a poner el comedor. Le pedí a Dios que me llevara al lugar correcto para poder darles desayuno, almuerzo y merienda. Así conseguí las primeras donaciones y hasta hoy Dios me sigue llevando al lugar correcto", contó.Nunca olvidará los tres primeros niños que tuvo en ese almuerzo: Cintia, Ángel y Rodrigo, quienes aún la siguen acompañando.En la actualidad recibe diariamente en su casa, donde funciona el comedor, a más de 80 niños, y a algunos que están por temporadas porque sus papas son empleados golondrinas.Temprano comienza a preparar el almuerzo y a recibir a los chicos en diversos turnos para que todos puedan comer. En la tarde les prepara la merienda y si aún queda algo de comida hay quienes reciben también la cena.Para las tareas diarias cuenta con el apoyo incansable de su mamá, su marido, y sus hijos, quienes junto a dos mamás del lugar se reparten las tareas para poder buscar las donaciones, cocinar, limpiar, pelar verdura o atender a los niños. Además colabora con otros pequeños, familias y bebes de la zona."Hace un año y tres meses que tengo el comedor en mi casa y cuando empecé no tenía nada. La gente me ayudó a levantarlo. Siempre recuerdo a quienes me ayudaron ese primer día. Hoy no son muchos quienes colaboran con donaciones, pero siempre están", dijo Sandra. Para poder seguir realizado este trabajo enorme, necesitan materiales de construcción para terminar la ampliación del comedor, mesas, bancos, ropa, calzados, útiles y por supuesto alimentos. Las necesidades son muchas por eso todas las donaciones son bienvenidas. Es una tarea ardua, Sandra vive para el comedor. Pero no siente el cansancio del trabajo diario, como tampoco la enfermedad que aún la acompaña.Ella tiene una razón para vivir, para despertar cada día: "Yo amo a los niños, estoy dispuesta y entregada a ellos. Los escucho, les hablo, busco ayudarlos, que tengan bienestar, que estudien, que avancen en la vida, y que se cumplan sus derechos. Me encanta lo que hago", afirmó como una gran mamá.Sabe que a través del tiempo son varias las historias, las risas y también el llanto. Sabe que "sus niños" la esperan, la necesitan y confían en ella. Tienen por pasar juntos muchos momentos, de esos que marcan para toda la vida.Para mayor información comunicarse al 261-3610772 o al 4496072