Elsie Jackie, una mujer de 28 años natural de Michigan, ha relatado una de las experiencias más difíciles de su vida. Lo ha hecho porque, a veces, las decisiones complicadas son también las mejores, como ha sucedido en su caso.
Su hija, Elsie Moravek, nació con una discapacidad rara: su cadera no terminó de formarse correctamente y por tanto, su pierna y rodilla izquierda solo crecieron hasta la altura de su otra rodilla. Su pierna izquierda era mucho más corta que la derecha.
Los médicos pusieron ante sus padres tres opciones para solucionar esa discapacidad: la amputación, ponerle una prótesis o rompérsela durante tres veces al día. Optaron por la última, tal y como recoge 'The Daily Mail'.
Después de contactar con el doctor Shawn, experto en discapacidades de este tipo, decidieron someter a Elsie a una complicada operación para alargar su pierna. Seis horas después de entrar en quirófano, los médicos pudieron dar la noticia: habían conseguido reconstruir la cadera, el tobillo y la rodilla.Elsie consiguió andar con 21 meses, pero lo más duro vendría cuando después de la cirugía, su madre se comprometió a activar manualmente los tornillos de la prótesis que le colocaron para separar el fémur y la tibia tres veces al día.
Fracturaron la pierna izquierda de la pequeña Elsie 300 veces a lo largo de cuatro meses, y consiguieron lo que pretendían, que la pierna corta se alargase 10 centímetros.