La obra que el escritor uruguayo Eduardo Galeano terminó de escribir un año antes de morir, El cazador de historias llegará a las librerías mañana de la mano de la editorial Siglo XXI. La distribución comenzará en todo el país este lunes, con lo cual seguramente antes de concluir la semana podrá encontrarse en Mendoza.
En este libro, el autor de Las venas abiertas de América Latina sale a cazar en la jungla de la actualidad para mostrarnos con crudeza, humor y ternura el mundo en que vivimos.
Se trata de la publicación que por cuestiones de salud decidió postergar y de textos que escribió después a los que llamaba "garabatos". Todos esos microrrelatos, textos y "garabatos" delinean así este libro que pone punto final a su amplia bibliografía.
Señales autobiográficas
Aunque siempre fue reticente a hablar de sí mismo, Galeano encierra en este libro un puñado de bellas y poderosas historias que sorprenden porque ofrecen pistas de sus años de infancia y juventud. "Nací el 3 de setiembre de 1940, mientras Hitler devoraba media Europa y el mundo no esperaba nada bueno. Desde que era muy pequeño tuve una gran facilidad para cometer errores. De tanto meter la pata, terminé demostrando que iba a dejar honda huella de mi paso por el mundo. Con la sana intención de profundizar la huella, me hice escritor, o intenté serlo", afirma Galeano en Autobiografía completísima.
También incluye palabras para algunos de sus maestros: "Mucho aprendí de Juan Carlos Onetti, el narrador uruguayo, cuando yo me estaba iniciando en el oficio. El me enseñaba, cara al techo, fumando. Me enseñaba con silencios o mentiras, porque disfrutaba dando prestigio a sus palabras, las pocas que decía, atribuyéndolas a muy antiguas civilizaciones", cuenta Galeano, imprimiéndole un cariño inconfundible a su relación con Onetti en Silencio, por favor.
Futbolero de corazón
Una de las grandes y confesas pasiones de Eduardo Galeano era el fútbol. En Por qué escribo/3 cuenta que incluso fantaseó con que el deporte podría ser su destino en la vida: "Para empezar, una confesión: desde que era bebé quise ser jugador de fútbol. Y fui el mejor de los mejores, el número uno, pero sólo en sueños, mientras dormía. Al despertar, no bien caminaba un par de pasos y pateaba alguna piedrita en la vereda, ya confirmaba que el fútbol no era lo mío. Estaba visto: yo no tenía más remedio que probar algún otro oficio. Intenté varios, sin suerte, hasta que por fin empecé a escribir, a ver si algo salía".
Y de este modo, con la palabra exacta y el enorme poder evocador de su prosa, va desgranando historias de los primeros viajes por América Latina, de las personas que marcaron su vida, de sus ideas sobre la muerte. Lejos de cualquier lamento, con el puro impulso de la curiosidad y la imaginación, el escritor se pregunta cómo será el final, qué deseos, afectos o necesidades aparecerán entonces.
Recuerdo de su ausencia
El 13 de abril se cumplirá el primer aniversario de la muerte del escritor uruguayo, con lo cual la publicación de esta obra póstuma se constituye en su mejor homenaje.
Galeano, quien había comenzado su relación con las letras en la década de 1960 como editor del semanario Marcha (que tuvo como colaboradores a destacados escritores como Mario Vargas Llosa y Mario Benedetti, entre otros), sufrió el exilio luego del golpe de Estado en Uruguay en 1973. Fue durante esos años oscuros de las dictaduras militares donde su libro Las venas abiertas de América de América Latina se convirtió en un símbolo, luego de ser prohibido no sólo en su país natal sino también en Argentina y Chile.
En El cazador de libros Galeano cuenta: "En 1970, presenté Las venas abiertas de América Latina al concurso de Casa de las Américas, en Cuba. Y perdí. Según el jurado, ese libro no era serio. En el '70, la izquierda identificaba todavía la seriedad con el aburrimiento. Las venas abiertas se publicó después y tuvo la fortuna de ser muy elogiado por las dictaduras militares, que lo prohibieron. La verdad es que de ahí le viene el prestigio, porque hasta entonces no había vendido ejemplares ni la familia lo comparaba".
Ese mismo libro, años después y por esas ironías del destino, se convirtió en éxito de ventas por internet luego de que e l presidente venezolano Hugo Chávez se lo regalara a su par de Estados Unidos, Barack Obama en la Cumbre de las Américas del año 2009.