El 69 % de las periodistas en Afganistán fueron acosadas sexualmente en el desempeño de su profesión y un 65 % fueron amenazadas por familiares y grupos religiosos extremistas debido a su género y profesión, según un estudio del Comité Afgano para la Seguridad de los Periodistas (AJSC). Del 69 % que sufrieron acoso sexual, entre acciones verbales, físicas y visuales, un 59 % fueron molestadas por sus compañeros en el lugar de trabajo y un 41 % de camino a sus oficinas o en interacciones con la audiencia, según el informe del AJSC presentado hoy en Kabul. Algunas de las víctimas fueron objeto de acoso por parte de funcionarios del Gobierno durante el transcurso de entrevistas. De acuerdo con la organización, que analizó una muestra de cien periodistas en siete de las 34 provincias del país, un 65 % de las entrevistadas fueron intimidadas o amenazadas en alguna ocasión por ser "mujeres trabajando en medios de comunicación". Más de la mitad, un 53 %, se toparon con la oposición de sus familiares a la profesión, mientras que en un 58 % de los casos las familias les han puesto condiciones para desempeñarse en ese campo, como trabajar en un horario determinado o no relacionarse con la audiencia. "Primero no logran obtener el permiso de sus familias para trabajar, y tras conseguirlo afrontan una serie de problemas en el lugar de trabajo, incluyendo acoso y discriminación sexual", constató el director del AJSC, Najib Sharifi, en la presentación del informe. No obstante, el estudio concluyó que centenares de periodistas afganas continúan en la profesión y otras tantas estudian en las universidades para trabajar en los medios, a pesar de la situación. En Afganistán, la presencia de mujeres periodistas se limita a unas pocas grandes ciudades y en la mayoría de los casos a cargos como presentadoras de programas, en vez de reporteras o corresponsales. Según un informe de la ONG Nai publicado el mes pasado, al menos doce periodistas fueron asesinados en Afganistán durante el último año, el doble que en el periodo anterior y la cifra más alta desde el comienzo del conflicto armado en 2001.
Del 69 % que sufrieron acoso sexual, entre acciones verbales, físicas y visuales, un 59 % fueron molestadas por sus compañeros