Un grupo de antropólogas argentinas logró un importante trabajo que tuvo su comienzo en el 2013. Su mérito consistió en el hecho de haber logrado identificar a 301 personas fallecidas cuyos restos fueron enterrados como NN desde 1983.
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El total de seres humanos que se encuentran bajo esta condición son más de 6.000 repartidos en varios cementerios de nuestro país. Todo comenzó en el subsuelo del Registro Nacional de las Personas (Renaper), el organismo estatal que se ubica en pleno centro porteño.
Este organismo tiene por misión realizar la identificación y el registro de las personas físicas que se domicilien en el territorio nacional o en cualquier otra jurisdicción argentina. Allí las profesionales se encontraron con enormes bolsas con miles de fichas cargadas con las huellas de dedos pulgares.
Estos registros estaban escritos a mano, algunos, los más antiguos, tipeados mediante máquinas de escribir. En cada uno de ellos figuraban un par de características apenas distinguibles pertenecientes a cada uno de los 6.000 cadáveres que se enterraron en los cementerios locales desde la vuelta de la democracia.
Las siete mujeres que componen este grupo se dividen en 5 antropólogas, una politóloga y una comunicadora. Todas integran una organización de trabajo denominada inicialmente como Acciones Coordinadas contra la Trata (ACCT). Luego cambiaron su denominación y pasaron a ser conocidas como Colectiva de Intervención Ante las Violencias.
En un principio, comenzaron su labor investigativa enviando oficios a todas las policías de cada una de las provincias, a las secretarías de Recursos Humanos, a la ONG Missing Children, a Red Solidaria y a cualquier otro organismo que las pudiera brindar información acerca de individuos cuyo paradero fuera desconocido.
Pero ante la falta de colaboración, recurrieron al Renaper y mediante un permiso que obtuvieron pudieron relevar de su archivo las huellas dactiloscópicas pertenecientes a personas fallecidas. El trabajo empezó de forma artesanal y mecánica pero su labor lleva ya logrados 301 casos de identificaciones positivas.
Fuente: La Nación