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Julián Villa
Se avecinan tiempos de cambios y Mendoza está latente a ellos. Sumergidos ante uno de los gobiernos menos auspiciosos para la provincia -según algunas encuestadoras privadas en sondeos públicos-, las expectativas nunca pueden ser peores. Y así lo entienden profesionales técnicos, económicos e industriales de los sectores de desarrollo.
Culminando un año que se enmarcó de principio a fin bajo la órbita de los vaivenes electorales, es hora de empezar a proyectar la Mendoza -y la Argentina- que se viene. Con una mirada superadora, se necesita ser partícipes de estrategias que vuelvan a posicionar a la provincia entre las de mayor ahínco de superación y crecimiento.
"El país se va a rencaminar. Los inversores son los que mueven la actividad económica y están esperando que se produzca un cambio. Se va a dar un mejor posicionamiento de las inversiones, generando mayor confianza en el país y recuperando el diálogo", de esta forma se sintetiza el panorama de expectativas que presenta el sector metalúrgico de Mendoza.
El presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza, Julio Totero, cree que lo primero que necesita el sector "es tener un gobierno que conozca la realidad económica de la provincia" para luego planificar a largo plazo. "Llevamos varios años sin planificación económica. No hay datos estadísticos que te digan qué produce Mendoza y qué recursos posee. El último censo industrial es del 2003, por lo que en el transcurso de ese tiempo han cambiado muchas cosas", señaló.
Esto responde a la máxima de que sin datos ciertos es imposible pensar en decisiones correctas. Se debe dejar de lado la impronta de hacer para luego cambiar o emparchar. Es importante hacer un relevamiento de todas las actividades industriales y los recursos que tiene la región, situación que permitiría un desarrollo planificado. Un ejemplo muy claro de esto es lo que sucede con el agro: se importa tomate siendo que se tiene una zona apta para su cultivo, con agua suficiente pese a la emergencia hídrica. Esta realidad en Argentina es una barbaridad y explica a las claras que las economías regionales nunca tuvieron una fuerte consideraciones en los análisis nacionales que, en su mayoría, se concentraron en los grandes números de la economía como pueden ser la balanza comercial favorable, el déficit fiscal, las reservas en el Banco Central y la paridad cambiaria.
Las condiciones macroeconómicas del país han llevado a que la exportación cada vez se complique más por el atraso cambiario y por la falta de insumos. Esto llevó a que algunas empresas hayan optado por instalarse en otros países con el objetivo de atender el mercado internacional. La modalidad fue resolver la ingeniería y algunas cuestiones menores en Mendoza, para luego instalar y atender sin restricciones el mercado chileno. Por ende, fuimos testigos de un doble perjuicio: sin ingreso de divisas y sin generación de empleo.
Los Blancos: ¿promesa o salvación?
Uno de los temas que viene ocupando la agenda provincial es situación energética. Mendoza viene reclamando obras de infraestructura desde años, ya sea Los Blancos, Portezuelo del Viento, Cordón de Plata o El Baqueano; la última obra hidráulica fue hace 17 años. De ahí todas las fichas al inicio de Los Blancos, una obra que se ha ganado el título de "promesa" y que por el momento ningún gobierno ha sabido dar respuesta.
"Es importante que Mendoza tenga una posición de fortaleza frente a la Nación. La clase política debe unirse para reclamar por los intereses de la provincia. Los Blancos y Portezuelos del Viento son las obras emblemáticas que debemos encarar en el corto plazo, porque son miles y miles de puestos de trabajo (3 o 4 mil por obra) y el impacto fuerte que sería para la economía; sumado a todo lo que esto significa a su alrededor en infraestructura y turismo", resaltó Totero.
Actualmente la Nación maneja el 76% de los recursos fiscales, pero las políticas de desarrollo económico las debería manejar la provincia. Hoy esas herramientas no se están implementando. Mendoza le abre la puerta a todo el mundo, pero cuando quiere superar sus límites se encuentra con mil obstáculos. Por eso la necesidad de trabajar en conjunto.
Que siga el diálogo
El nuevo gobierno de Alfredo Cornejo ha renovado el voto de esperanza en el sector metalúrgico de Mendoza. Por lo menos así lo hizo saber el presidente de la asociación que los nuclea. En términos generales ven como primeras señales un "buen administrador", una personas "capaz de reordenar el problema administrativo" y un político que le pondrá punto final a "los desmanejos de las cuentas públicas".
Para los negocios y el crecimiento de la provincia primero se deberá frenar el déficit y luego ajustar algunos saldos que permita mejorar el porcentaje que se destina a la obra pública, sin perder de vista que el desarrollo de la actividad económica también va de la mano del sector privado. Ahí hay una falencia muy marcada en lo que hace al conocimiento de los sectores industriales, y hacía dónde tiene que caminar la provincia en los próximos 50 años. Se va a tener que trabajar mucho para hacerle entender a la clase política que en esta provincia no sobra nadie y que hay muchas actividades para desarrollar, pese a que parezca que se le apunta a una sola.
En el último mes hubo una reunión entre Asinmet y el gobernador electo. Allí se le solicitó mantener una mesa de diálogo permanente con todos los sectores industriales para que de alguna manera no pierda el contacto con la realidad del sector empresario de las diferentes áreas que componen la asociación.
"Hay que hablar más de las actividades económicas posibles de la provincia y de dónde se pueden obtener recursos, o generar puestos de empleo. Se debe mermar la asistencia de los que no pueden podar o levantar la cosecha, para darle una mano a todos los sectores productivos. El gremio estatal es uno de los grandes responsables de la crisis que atraviesa la provincia. Son extorsionadores. La única discusión es salarial, sin importarle los servicios ni la calidad de trabajo", manifestó Totero.