En 2016 se conmemorarán aniversarios de figuras emblemáticas del escenario cultural: los 400 años del fallecimiento del escritor Miguel de Cervantes y el del dramaturgo William Shakespeare.
Cervantes, el autor de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, una de las primeras y más importante novelas de la literatura universal y fundacional de la lengua española, falleció en abril de 1616 en Madrid y fue noticia el año pasado, cuando sus restos fueron hallados por un equipo de antropología forense, después de casi cuatro siglos.
Con el aniversario de 2016, el escritor de molinos y gigantes volverá al centro de la escena, luego de un 2015 en el que también fue conmemorado al cumplirse 400 años de la publicación de la segunda parte de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, el libro más traducido y editado luego de la Biblia.
Suele darse por probado que tanto Cervantes como William Shakespeare fallecieron el mismo día: el 23 de abril de 1616, pero hay consenso en pensar que el español murió el 22 de abril y que escritor y dramaturgo inglés habría fallecido en un período comprendido entre el 23 de abril y el 3 de mayo del mismo año.
Shakespeare fue autor de las clásicas y universales obras Hamlet, Macbeth, Romeo y Julieta, Otelo o El Rey Lear, por nombrar algunos títulos de su trayectoria, que incluye 39 obras teatrales, 154 sonetos y otras cuatro obras líricas.
Los 400 años de la muerte del dramaturgo más famoso de todos los tiempos serán conmemorados con numerosas propuestas para revisitar su obra e, incluso, inauguraciones, como la apertura de la escuela a la que asistió en su pueblo natal de Stratford-upon-Avon, donde se albergan, además de su hogar de la infancia, la granja en la que se crió su madre y el hogar de Anne Hathaway, quien fue su esposa.
En Inglaterra, el primer ministro David Cameron anunció que el 2016 será un año dedicado a rendir apropiado homenaje al mayor escritor de su historia literaria y una de las estrategias de comunicación más fuertes que han elegido es la difusión de contenido relacionados con el escritor a través de la cadena de televisión pública BBC, que tiene llegada a más de 140 países.
Mientras tanto, en España se quejan de que la fecha se acerca y todavía no se advierte que el gobierno se haya implicado en la celebración del autor de El Quijote. Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, el año pasado ya había alertado sobre el retraso, pero cómo será la celebración por parte del Estado es, a grandes rasgos, una incógnita.
De todos modos, la Comisión Ejecutiva del IV Centenario de la muerte de Cervantes ya cuenta con un programa preliminar, que incluye unos 59 proyectos, que girarán en torno a restauraciones, puestas teatrales, congresos y exposiciones, entre otras acciones.
"Cerbantes Saavedra"
Uno de los homenajes al "manco de Lepanto" es la publicación de Autógrafos de Miguel de Cervantes Saavedra, que contendrá los únicos 11 manuscritos de su puño y letra que sobrevivieron cuatro siglos tras su muerte, testimonio directo de su vida.
Los documentos recopilados en el libro, escritos de su puño y letra, son facsímiles de sus cartas, actas y formularios acompañados de un análisis de la escritura cervantina a cargo de expertos en paleografía, ortografía e, incluso, grafocaracterología.
El libro aporta un hallazgo de la paleógrafa Elisa Ruiz García: el comienzo de un documento cervantino en el Archivo de Simancas, que completa un texto sustraído en esa institución en el siglo XIX y recuperado luego por la Rosenbach Museum Library de Filadelfia.
Se trata de una edición limitada de gran formato publicada por Taberna Libraria, con prólogo de Darío Villanueva, director de la Real Academia Española (RAE).
El volumen permite apreciar el autorretrato de Cervantes a través de su firma, es decir, la manera en que el autor quería que se le reconociera y recordara: en la primera carta firma el Cervantes con "b" sin segundo apellido; más adelante lo incorpora, pero separado, "Sa avedra", y al final vuelve a quitarlo, repasa la paleógrafa Ruiz García. Deseos que sus editores nunca respetaron, pero que cuatro siglos después vuelven como ayer: Miguel de Cerbantes Sa avedra.
Conocidos del hidalgo caballero
Una treintena de personajes que aparecen en Don Quijote son reales, dejaron rastro documental en los archivos, vivieron en un pequeño entorno geográfico y en los mismos años, alguno tuvo rocín, adarga, lanza y biblioteca, y Miguel de Cervantes los conoció y los trató.
En los últimos meses, el investigador español Javier Escudero halló el rastro de muchos personajes de El Quijote y afirma que su libro es "una fotografía" de una parte muy concreta de aquella sociedad manchega de finales del XVI (entre 1580 y 1585), en especial de recaudadores de impuestos y principales contribuyentes. "Están localizados más de treinta personajes, pero quedan muchos, seguro".
Muchas referencias a personajes de la primera parte de El Quijote las encontró en el Archivo Parroquial de El Toboso (Toledo), pero también en el Archivo Histórico Nacional, en el Histórico Provincial de Toledo o en el Diocesano de Cuenca.
Lo más interesante, asegura, es que ahora se tiene documentación de estas personas, a qué se dedicaban y qué relaciones personales tenían, y en base a ello se puede deducir en quiénes se inspiró Cervantes para crear sus personajes.