Sin Sección
Así se expresó el presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina, Miguel Schiariti.

"El kilo de asado no puede costar más de 90 pesos, los consumidores deben entender que les están robando"

Por UNO

El kilo de asado no puede estar por encima de los 90 pesos en ninguna carnicería y los consumidores deben darse cuenta que si le cobran más, les están "robando" por lo que deberían dejar de comprar para forzar el reacomodamiento de precios. 

Así se expresó este miércoles el presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), Miguel Schiariti, al expresar su enojo contra los supermercados por remarcar sus precios con un 50 por ciento de margen. 

"El otro día fui al supermercado y vi el asado a 140 pesos, eso es excesivo", se había quejado el martes el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, en una conferencia de prensa brindada en la Casa Rosada. 

Según Schiariti, el funcionario macrista "es un hombre que no hace las compras con frecuencia, por eso compra carne en el supermercado, donde habitualmente el producto es un 20% más caro que en cualquier otro lado y ahora está más por encima". 

El empresario de la industria de la cerne dijo que el kilo de asado -uno de los cortes más populares en la Argentina- tendría que costar "entre 80 y 90 pesos" en las carnicerías, porque "95 ya sería una exageración". 

Se quejó el jefe de Ciccra porque el supermercadismo tiene una política de precios que la industria no entiende dado que cuentan con márgenes de rentabilidad del 50%, cuando un carnicero -que enfrenta los gastos de personal y alquiler- carga cerca del 30%. 

Además, según Schiariti, los supermercados compran directamente a los productores por lo que saltan la intermediación de los matarifes y frigoríficos y evitan pagar así los Ingresos Brutos en esa parte de la operatoria. 

¿Qué pasará con los precios en el mostrador? 

Schiariti vaticinó que el precio del kilo de asado va a caer de manera significativa, en primer lugar porque la gente empieza a darse cuenta que "le están robando" y camina hasta que encuentra los valores que puede pagar; y, en segundo lugar, porque terminado febrero habitualmente cae el consumo de ese corte. 

El año pasado los argentinos comieron 1,2 por ciento más de carne que en 2014; hoy se consumen 117 kilos de proteína animal por año: 60 kilos de carne vacuna; 45 de pollo; 12 a 14 kilos de cerdo; y el resto es un poco de pescado y ovino. 

La proteína animal en la Argentina tiene excelente calidad y el cerdo dejó de ser un problema como en décadas pasadas cuando era muy grasoso dado que la genética la convirtió en una carne muy magra, analizó el empresario en declaraciones a radio Del Plata. 

"Entonces, si aumenta el precio de la carne vacuna hoy ya no representa ningún sacrificio dejar de comerla para reeemplazarla por cualquiera de las otras carnes, que han aumentado sus precios de manera razonable", opinó Schiariti. 

Consideró también el empresario que hoy hay 10 millones de cabezas de ganado menos en los campos argentinos en comparación con 2007/2008 debido a una "política antiganadera" del ya extinto gobierno kirchnerista. 

Y, tras esos años de vender hasta las vacas madres -clave en la reproducción y el aumento de las cabezas- ahora con "un gobierno amigable" los productores decidieron dejar de comercializar para incrementar su ganado. 

"La perspectiva de precios para el ganado es que se mantengan en los mismos niveles que ahora y lo que ocurra en las carnicerías lo va a determinar el consumidor, quien tiene que hacer valer el poder de compra", expresó el jefe de Ciccra. 

Por ello, indicó que si los consumidores deciden dejar de comer carne vacuna durante 20 días, los precios se van a acomodar donde tienen que estar que es un valor de entre 80 y 90 pesos por kilo en las carnicerías.

Fuente: Noticias Argentinas

 Embed