Marcelo Schmitt
En marzo del 2013, la dirección del hospital Schestakow firmó un convenio con el Ministerio de Salud de la provincia para que el nosocomio tenga asegurada una reserva de sangre en el marco del Programa Provincial de Hemoterapia. El acuerdo asegura en uno de sus artículos la provisión de plasma, albúmina y gammaglobulina que se va a elaborar en Córdoba.
Este convenio tuvo varios traspiés y muchos inconvenientes en su aplicación que le costaron el puesto al ex titular del área de Hemoterapia. A partir de su renuncia, la responsable actual (desde el mes de febrero), Ethel Larregle, tomó la decisión de aplicar a rajatabla el acuerdo que asegura la provisión de sangre en caso de alguna dificultad.
En la actualidad, en el nosocomio se realizan 150 extracciones mensuales promedio que son derivadas al Centro Regional de Hematología con sede en la capital de la provincia, desde donde se administra y se analizan las muestras.
En ese escenario, el hospital público tiene almacenadas 57 bolsas con sangre, plasma y plaquetas que cuando son utilizadas se reponen desde la provincia. Por ese motivo, informó Larregle, "es fundamental pedir la donación a los familiares de los internados para mantener esta cadena solidaria".
Además de asegurar la provisión de este fluido, el acuerdo baja los costos del nosocomio por cada transfusión porque se nutre de fondos del Plan Nacional de Sangre que se instrumentó a partir del 2009.
En cada bolsita con medio litro de sangre el Estado invierte unos $1000 que incluyen los análisis, el precio del plástico, los reactivos, el envío a Mendoza y otros ítems relevantes que aseguran la calidad del producto final.
En ese sentido, los costos a partir de la devaluación y los efectos inflacionarios se duplicaron y son pocas las obras sociales que reconocen las transfusiones realizadas en los hospitales públicos.
(U