Entre las obras previstas para facilitar el ingreso de colectivos a la nueva Terminal de ómnibus, se pensaba en habilitar la avenida Granaderos hasta Rawson.
Pero momentáneamente esto no podrá ser posible, dado que los terrenos que separan la intersección de dichas avenidas pertenecen a dos propietarios privados.
Ambos accederían a la cesión de terrenos, pero el dueño del paño de mayores dimensiones como condición exige una urbanización completa, con luminarias, tendido eléctrico, gas y agua.
Obra e inversión que el Municipio no está en condiciones de afrontar, según los dichos del arquitecto Enrique Ferraro, Subdirector de Obras Públicas comunal.
De todos modos no es una obra que pudiera quedar en el olvido, la que podría realizarse en el futuro.
Resta interpretar la importancia de la apertura, sin esperar que pasen tantos años como sucedió con la avenida Rivadavia, cuya extensión hasta Rawson se realizó sobre terrenos cedidos, con una urbanización en sus márgenes.
En tanto y como medida para facilitar la conducción de los colectivos que se dirigen a la Terminal, se redujeron los diámetros de las rotondas ubicadas en las intersecciones de las avenidas Iselín y Rivadavia, como también en Moreno y Granaderos, con la finalidad de proporcionar mayor maniobrabilidad a los conductores que acceden por allí.