Miedo e incertidumbre sintieron por unas horas los pasajeros del colectivo de la empresa Chevallier que el sábado a las 4 de la madrugada se “clavó de punta” en una gran grieta del kilómetro 402 de la Ruta Nacional 188, en La Pampa, causada por la crecida del río Quinto. Algunos de ellos dieron su testimonio a UNO de San Rafael al descender del ómnibus que los trajo a la terminal de San Rafael.
El sábado cerca de las 21 arribaron la mayor parte a esta ciudad, ya que el resto se bajó en Alvear y otros puntos intermedios. Así completaron el viaje que había comenzado en la ciudad de La Plata, sin pensar lo que iban a sufrir.
Daniel Fornari, de San Rafael, que sufrió algunos golpes y llegó con dolor en la parte baja de la espalda, dijo que “si el colectivo no se incrustaba, creo que varios no estaríamos hablando ahora” y se quejó que “la policía de Villegas no cortó la ruta y Vialidad Nacional tendría que haber interrumpido el camino con montículos de tierra para que no pasara nadie. Al chofer no le notificaron nada, se encontró con el corte a unos 50 metros, gracias a Dios que entró con el coche frenado, de lo contrario nos hubiéramos ido para abajo”.
Además, consideró que el puesto de peaje por el que pasaron un poco antes “tendría que haber notificado al chofer de que estaba cortada la ruta”.
Otro pasajero sanrafaelino, Daniel Montaña, que sufrió la fractura de la nariz, contó que iba durmiendo y “sentimos el impacto, volaron valijas y otras cosas, se cayeron los parabrisas y quedamos incrustados. Allí se había desmoronado un puente, hace dos días estaba la ruta en ese estado, tendrían que haber avisado y colocado los carteles correspondientes”.
Relató que “los que primeros salimos empezamos a socorrer a los demás, el chofer estuvo atrapado hasta que vinieron los bomberos. Los que primeros aparecieron, quedaron del otro lado del corte, que era una grieta más o menos de seis metros, había una corriente grande, que si se caía alguien se lo hubiera llevado”
Montaña aseguró que “el chofer se llevó la peor parte porque quedó atrapado en la cabina, cuando los bomberos lo sacaron dijeron que le faltaba un pedazo de talón. Y también socorrieron a una chica que quedó atrapada en el baño.
Para ambos el rescate significó el fin de una odisea, pero para Javier Mauro, de Capital Federal, representó el inicio accidentado de sus vacaciones en San Rafael, donde se quedará una semana con su novia.
Contó que “venía durmiendo, me desperté por el impacto con mucha incertidumbre, tenía al lado otra persona, no venía a mi novia, todos estaban gritando. Fue una situación bastante fea, tuvimos mucho miedo, además había agua de ambos lados, el colectivo estaba trabado, la gente veía el agua en la puerta del ómnibus, o sea estábamos todos muy asustados. Por suerte pudimos salir y nos tranquilizamos un poco”.
Vio que “el chofer tenía el pie atrapado porque estaba la trompa comprimida”.
Finalmente, todos fueron rescatados, recibieron primeros auxilios en el lugar o atendidos en hospitales cercanos. Después del mediodía de esa jornada llegó otro colectivo que los trasladó al Sur de Mendoza.