María Elena Izuel
Para UNO San Rafael
La familia Gentile provenía de Cúneo, Italia, lugar donde nació don Santiago, que era aún pequeño cuando sus padres decidieron viajar a la Argentina con toda la familia.
Se instalaron en Buenos Aires, donde nació su hermano menor Juan Bautista. Los padres y hermanos mayores se dedicaron a trabajar en la instalación del Ferrrocarril, en Buenos Aires.
Llegaron a San Rafael trabajando para la empresa ferroviaria y tras el arribo del tren a San Rafael, Juan conoció a Pascualina, hija de don Alejandro Andreoni y María Vergani, miembros de Colonia Italiana, que había nacido en Italia, antes de iniciar sus padres el viaje a Argentina.
Los jóvenes se casaron y viajaron a Morón, en Buenos Aires, donde se establecieron. Posteriormente regresaron a San Rafael. Tuvieron tres hijos: Juan Alejandro, Alejandro Ernesto y Aída.
En tanto que su hermano Santiago se ubicó en Colonia Italiana y conoció a Santina, hija italiana de don César Tornaghi, con la cual contrajo matrimonio y tuvieron dos hijos: Juan y Julio.
En el año 1915 se asociaron los dos hermanos con un cuñado de Santiago, don Pedro Orlandi, italiano, nacido en Verona, quien se había casado con Josefina, hermana de Santina e hija de don César Tornaghi.
Construyeron una bodega en la calle El Chañaral de Las Paredes, a la que le pusieron por nombre Santa Isabel.
Al principio era pequeña, pero luego la ampliaron. En poco tiempo alcanzaron gran desarrollo. Poseían mucha energía, constancia e inteligencia, lo que los llevó a destacarse, eran muy laboriosos. Tenían 85 hectáreas de viñedos y podían elaborar 12.000 hl de vino común de mesa, de exquisito sabor.
Durante 1920 hubo una mala cosecha y no pudieron cumplir con los compromisos.
Habían hecho construir un amplio edificio en Buenos Aireas para vender el vino directo desde San Rafael, sin intermediarios, atendido por los señores Gentile.
El enólogo de la bodega fue el señor Pilati, natural de San Pietro de Barbosa, Treviso, Italia: el mejor enólogo de los que emigraron de Italia. Había estudiado en Conegliano y fue cuñado de don Valentín Bianchi, quien contrajo enlace con su hermana, Elsa Pilati. Era un verdadero artista en la difícil elaboración del vino, lo que garantizaba el sabor de los mismos.
La bodega Santa Isabel se presentó en la exposición de Milán en 1921, donde presentaron sus vinos y obtuvieron merecidas recompensas por la bondad de sus productos; los vinos de mesa fueron premiados con medalla de oro.
Hay que destacar también las cualidades morales de estas personas, que siempre contaron con el aprecio de sus conciudadanos.
Santiago falleció en 1926 y en el año 1946, Pedro y Juan, vendieron la bodega a don Francisco Mateucci, quien la trabajó durante mucho tiempo. En estos momentos aún se encuentra en pie, en muy buenas condiciones y pertenece a don Enrique Sardi, quien la ha remodelado.