Don Valentín fue un hombre muy inquieto, tenía siempre muchos proyectos en mente, estuvo siempre atento a todos los emprendimientos que se efectuaban en San Rafael y formó parte de la Sociedad Italiana.
Y viendo como había progresado el turismo en Italia después de la guerra decidió hacer algo por San Rafael y fue así que se embarcó en la titánica tarea de construir un gran hotel de nivel internacional, pensando en que saldría la ley de desgravación impositiva para hoteles.
En ese contexto interesó a un pequeño grupo de amigos, entre los que se encontraba Carlos Izuel y conformaron una sociedad a la que pusieron por nombre Nihuil SA. La ley finalmente salió, pero sólo para la ciudad de Mendoza y no para el interior, por lo que un poco desilusionados decidieron vender acciones con el fin de continuar la obra, que ya estaba bastante avanzada.
Don Valentín fue el primer accionista y Carlos Izuel el segundo, luego seguían un serie de comerciantes que habían puesto dinero pero en menor cantidad.
En 1966 recibió del gobierno italiano el título de Cavalieri Ufficiale y la Cruz de Honor por su esmero en la fabricación de vinos finos que tan bien dejaba a Italia en el mundo. Estas distinciones le fueron entregadas por su cuñado Ugo Pilati, en ese entonces cónsul de Italia en San Rafael.
En 1968 organizó un viaje a Italia, como tantas otras veces. Antes de partir encomendó a Izuel que continuara con el hotel, que no lo parara y así lo hizo don Carlos, pasando a ocupar el lugar de Bianchi en la dirección de la obra, oficiando en ocasiones de albañil como antes lo hiciera Valentín. Fue una obra realizada a conciencia, donde no faltó el cemento como en alguna oportunidad se quiso decir, todo estaba en buenas condiciones cuando finalmente los sucesores decidieron terminarlo y hacer el espléndido Hotel Tower. Al fin, después de muchos años, el sueño de don Valentín y don Carlos se concretó.
Fue a Italia a visitar a su hermana, se instaló en Fasano, en su casa, y una tarde decidió ir a una playa cercana, a Torrecane. Su hermana le recomendó prudencia, pero lamentablemente en el camino el motor se detuvo y el auto se despeñó, arrojando a don Valentín que murió en el acto.
Falleció el 12 de agosto de 1968 en el que había sido su pueblo natal. Siempre había pedido que si moría en otro sitio que no fuera San Rafael, lo trasladaran y lo sepultaran al lado de su querida esposa Elsa. Los hijos cumplieron y lo trajeron al cementerio de San Rafael.
Amó mucho a la Argentina, su patria adoptiva, y a San Rafael en especial. Sus hijos, muy bien preparados por su padre, siguieron con la empresa, acrecentándola día a día. En 1972 consiguieron el premio máximo en el concurso internacional en Budapest con la “gran medalla de oro” por su vino Borgoña.
Cuando les otorgaron este premio, don Valentín ya no estaba, pero sus hijos continuaron al frente de la bodega y han mantenido el renombre y excelente calidad de estos vinos finos. Prácticamente el vino está hoy en todos los mercados del mundo, incluido el lejano Oriente y Australia.
La Bodega Bianchi “creadora de grandes vinos” como dice una propaganda, tiene muchas marcas registradas como: Bianchi Particular, Don Valentín Lacrado, Bianchi Margaux, Bianchi Cinta de Plata, Bianchi 1887, Bianchi Borgoña, Bianchi Chablis, Bianchi Chardonnay y otras muchas que continúan “creando” en la nueva bodega: la Champañera Bianchi.
Hoy es costumbre que grandes personajes hagan embotellar vinos importantes con su propio nombre, esto es lo que ha hecho Lionel Messi, a quien esta bodega le envasó el vino “Leo”, de excelente sabor y buena venta.
María Elena Izuel
Especial para UNO SR