La hermana Victoriana Álvarez es un sol. Irradia amor y amabilidad colmando todo a su alrededor. Fue justamente eso lo que la llevó a fundar el centro misionero Santa Teresita. Allí, en pleno barrio El Molino, decenas de lugareños encuentran la forma de valerse por sí mismos aprendiendo oficios.
A un lado de la avenida Vélez Sarsfield, en pleno corazón del barrio El Molino, emerge casi como una isla el pequeño salón. “La idea es que aprendan a valerse por sí mismos. Tantos años de subsidios ha provocado mucha vagancia, inercia. Son generaciones enteras que no han visto trabajar y hay que explicarles que tienen que hacerlo para salir adelante”, contó.
Agregó que “va en el comportamiento de los padres. Hay que predicar con el ejemplo. La gente valora el trabajo que se hace y lo respeta. En el barrio el 90% de sus habitantes son buenos”.
Plomería, carpintería, electricidad, corte y confección, pintura, artesanías y computación son sólo algunos de los talleres con salida laboral que se dictan en el centro misionero, además de darles clases de apoyo a los niños, alfabetización para adultos, gimnasia y catequesis.
“No pongo comedor porque tienen que aprender a ganarse la vida. Hay un deterioro de la dignidad humana muy grande, muchas veces los niños están desnutridos porque los padres no ocupan el subsidio en ellos ”, aseguró la hermana.
Todo comenzó cuando Victoriana Álvarez (68), religiosa misionera y encargada del lugar, llegó al asilo Las Mercedes en el ’96. Desde allí iba en bicicleta hasta el barrio, “atrás llevaba un carrito cargado de cosas que me pedían. Ropa, nailon, colchones y todo lo que iba encontrando en el camino lo acarreaba para dárselo a la gente. El tiempo pasó y vi la necesidad de tener un espacio físico, así que adquirimos este salón, que no tenía nada, ni siquiera ventanas”, recordó.
Lo cierto es que al poco tiempo la enviaron a su España natal, pero al año y medio decidió regresar directamente al centro misionero. “Llegué con una mano atrás y otra adelante. Tuve que valerme por mí misma porque quedé fuera del sistema”.
El centro no recibe ningún tipo de subsidio por lo que necesitan la ayuda de todos, desde recursos humanos hasta útiles escolares, entre otras cosas ”.