En los últimos días apareció una gran cantidad de langostas en la ciudad que puso en alerta a la gente ante la posibilidad de una plaga. Además, durante lo que va del verano se notó un incremento de mosquitos, de todo tipo de arañas, de escarabajos y otros insectos que aparecen alrededor de las luces.
“Las altas temperaturas y condiciones de mucha humedad ayudan a que mayor cantidad de huevos logren alcanzar todo su desarrollo y haya mayor población de insectos de todo tipo”, dijo a UNO San Rafael Flavia Lagiglia, profesora de ciencias naturales del Museo de Historia Natural de San Rafael.
Explicó que “en las zonas tropicales la abundancia de insectos es mucho mayor que en una zona semidesértica, acá hay una gran variedad de insectos pero no todos los huevos llegan a eclosionar porque las condiciones no son favorables, por lo que eclosionan un bajo porcentaje, pero ahora con la mayor humedad y temperatura las poblaciones se incrementan”.
En síntesis, es como si el Sur mendocino estuviera viviendo un momentáneo clima tropical como consecuencia del fenómeno de El Niño, que aporta mucha humedad a la zona.
La especialista descartó que las langostas hayan venido de otras regiones del país y reiteró que “hay una mayor población debido a que tienen mejoras condiciones atmosféricas”.
En el caso de las arañas “pasa exactamente lo mismo. Además, al haber mayor cantidad de insectos de los que se alimentan, también prosperan”.
Esta situación ha llevado a que se vean variedad de arañas que usualmente no se observan en forma habitual. “Hay algunas que no las vemos tanto porque el porcentaje de algunas especies es menor cuando las condiciones son las normales, pero en el actual contexto hay más cantidad”.
Además, se ha vuelto habitual que durante las noches las luces se vean rodeadas masivamente de “bichos” de todo tipo.
“Hay muchas especies de escarabajos que en nuestra zona, caracterizada por la escasa humedad y sol intenso, necesitan de tres a siete años para transformarse en adultos, pero dadas las actuales condiciones de alta humedad y temperaturas bastantes altas se acelera el ciclo biológico y eclosionan más rápido”, dijo la especialista.
También consideró probable que esta mayor cantidad de insectos haya aumentado la población de ranas y sapos que se alimentan de ellos, aunque aclaró que “en el caso de los anfibios, los pesticidas e insecticidas suelen regular su tasa de crecimiento”.
Mosquitos, esa presencia molesta
Este verano se ha notado una mayor presencia de los mosquitos, no sólo en la noche cuando habitualmente aparecían, sino también en el día, y variedades que años atrás no se veían en la región.
Lagiglia explicó que “con tantas lluvias los mosquitos tienen espacio hasta entre medio de las plantas para desarrollar sus larvas” y “hay distintas especies y con distintos hábitos, algunos son nocturnos y otros diurnos”.
Además, aseguró que en la zona ya está instalada la variedad “Aedes Aegypti” que es transmisor del Dengue, Zika y otras enfermedades, “pero hasta el momento no hay casos confirmados de que estén contaminados con esos virus”.
Este tipo de mosquitos ya había sido detectado el verano pasado pero en menor cantidad, como informó UNO San Rafael en mayo de 2015.
La especialista añadió que también se han visto “varias especies de zancudos, que son mosquitos de patas blancas y más largas, algunas de las cuales no se alimentan de sangre sino de jugo de las plantas”.
En invierno preven que baje la población de insectos
No hay que desesperarse por los bichos porque se espera menor humedad atmosférica a partir de otoño, ya que los meteorólogos pronostican que la intensidad del fenómeno de El Niño bajará a partir de marzo.
También habrá que esperar si viene un invierno crudo o cálido para saber si en la próxima primavera y verano volverá a haber tantos insectos como ahora.
“El frío es regulador. El hecho que se congele la superficie de las aguas, ya sea por las heladas o nieve, controla un gran porcentaje de insectos”, explicó Flavia Lagiglia.
“Hay una regulación de todos los insectos y arácnidos, los huevos tienen una cáscara, por llamarlo así, que evita que se deshidrate la larva o el pequeño insecto que se está gestando en el huevo. Entonces si ese huevo queda a la intemperie va a ser aniquilado por las bajas temperaturas, pero si queda al reparo va a dar un nuevo individuo el año que viene”, concluyó.