Un joven que realiza tareas de albañilería, concurrió a una construcción en la que trabaja ubicada en el distrito Las Paredes. Una vez en la obra descubrió junto a su primo, que lo acompañaba, la presencia de una serpiente de grandes dimensiones.
Martín, así se llama el joven, decidió capturarla y con unas ramas se las ingenió para atraparla. Luego la colocaron en un recipiente de agua mineral. Minutos después volvieron a encontrar otra serpiente muy similar y la introdujeron , con la misma práctica, en una botella de gaseosa.
Martín, fanático de las mascotas, tomó las dos especies de 1.5 metros y las llevó a su casa. Allí su padre decidió llevarlas al Museo de Ciencias Naturales.