En la sala de la Primera Cámara del Crimen continuará este miércoles a la mañana el juicio a la mujer que está acusada de terminar con la vida de su hija de cuatro años cuando intentó suicidarse con gas.
Se prevé que declare el psicólogo que atendió a Carolina Salinas cuando estuvo internada en el hospital Schestakow y también una de sus hijas mediante Cámara Gessel (en una sala aislada y las partes siguen sus dichos desde afuera).
Esto último estará sujeto a la recomendación profesional, ya que depende de si la adolescente está en condiciones psicológicas de soportar revivir el drama familiar.
Después se quiere hacer una inspección ocular en la humilde vivienda de calle La Dorada, en Cañada Seca, donde vivía Salinas y en cuyo dormitorio el 31 de agosto del año pasado al mediodía fue encontrada inconsciente abrazada al cuerpo de su hija y una manguera conectada a una garrafa.
Carolina, que está acusada de homicidio agravado por el vínculo, sostiene que no se acuerda del momento del intento de suicidio. En su declaración ante los jueces dijo que lo último que recordaba era haberse ido a dormir en la noche anterior y luego se despertó en el hospital.
Habló también de que ya había intentado suicidarse con pastillas y una vez pensó en estrellar su auto contra un camión.
Dejó dos notas de despedida
En esa casa también se encontraron dos notas en las que se despedía de sus familiares y de su pareja, que está preso en la cárcel acusado de haber abusado sexualmente de una de su hija mayor.
En ese sentido, Salinas dijo que duda de la acusación y culpó a su hija porque considera que la engañó con su pareja.
En una de esas notas, que al mostrárselas durante su declaración de la semana pasada adujo no acordarse de haberlas escrito pero reconoció como suya la letra, habla de que se quedó sin dinero y le dice a su entonces pareja que lo ama pero que “vos también me jugaste mal”.
Agrega que “yo creía que lo que más querías era que te diera un hijo y también en eso que equivoqué” y se despide con un “hasta siempre”.
En la otra nota, un poco más extensa, dice en su primera parte: “Perdón a todos pero no puedo seguir más, no tengo plata ni nada, mis hijas y mi madre se encargaron de arruinarme la vida, por eso me llevo a mi bebé conmigo para que no termine en un mal lugar ni sea una carga para nadie”.