Asumió completamente su condición y en octubre del año pasado comenzó a vivir como una mujer. Se sintió liberada y feliz, pero a partir de entonces también empezó a sufrir el acoso o bullying de sus pares. Es que Antonela Arenas, de 19 años, está en el sexto año de la escuela técnica Ejército de los Andes (ex ENET Nº1), una secundaria mayoritariamente de varones, a pesar que desde hace mucho años aceptan mujeres, pero aún representan un bajo porcentaje.
En los recreos y fuera de la institución debe soportar distintos comentarios y burlas, especialmente los estudiantes de los cursos mayores. Ha planteado la situación a las autoridades pero no ha recibido la respuesta que necesitaba.
“Estoy a cuatro meses de salir, pero desde hace un año que sufro acoso, no tanto de mi curso donde sólo son tres o cuatro son los que siguen molestando, sino de alumnos de otros cursos que no me conocen, ya que el desconocimiento es la raíz de la discriminación”.
Antonella, que se define como una “chica transexual” y en julio obtuvo su nuevo DNI como mujer, tiene en claro que no todo el mundo recibe de igual forma el cambio que ha experimentado, pero sólo pide respeto como persona.
Junto con la Agrupación por la Igualdad Sur Axis y el grupo de psicopedagogos de la escuela habían acordado una charla sobre el tema para el lunes de la semana pasado pero ese día “la DGE nos mandó una abogada que dijo que iba a ver cómo lidiaba con el bullying en la escuela”.
Consideró que “no puede ser que eso pase en una escuela”, pero está convencida que para revertirlo “no hay que callarse y empezar a actuar”. Porque “aunque yo estoy por terminar la secundaria, hay chicos gays que siguen ahí y alguien tenía que hablar (para terminar con el acoso). Pero no sólo por la orientación sexual, también si un chico es gordo, flaco o de otra nacionalidad, hay que trabajar para todo, necesitan un taller completo de prevención del bullying”.
Cambio de vida
Antonela asumió lo que sentía a finales de 2009 y empezó terapia psicológica, pero completamente “lo pude encarar el año pasado”.
Un día de octubre del año pasado cuando cursaba quinto año llegó vestida de mujer a la hora de matemática, justamente dictada por la directora. Los chicos y la profesora se sorprendieron, “pero ya se lo imaginaban”, y recordó que se sintió “feliz, hubo nervios, pero fue una linda experiencia”.
De todos modos no fue fácil, ese día a la tarde se sentó a hablar con sus compañeros para explicarle su situación y la reacción fue diversa, algunos la apoyaron en su decisión, otros fueron indiferentes y otros no lo aceptaron. Incluso en su hogar el tema complicó, ya que “a mis viejos nunca les cayó bien el tema” y se tuvo que ir de su casa.
En la supervisión de educación técnica local le comentaron a Antonela Arenas que es el primer caso de una chica transexual que tienen en las escuelas de la provincia. Y posiblemente también sea el primero del país, o al menos uno de los pocos.
"Hay negación por parte de la escuela"
Lucas Medina, presidente de Axis, una agrupación local que lucha por el respeto de la diversidad de géneros y sus derechos, consideró que “el problema es la negación que hay por parte de la escuela, cuando expusimos el caso nos dijeron: ‘no es discriminación, es un juego de niños’. Les explique que hacía cinco minutos que habíamos entrado y el insulto más suave que escuchamos fue ‘puto, andá a afeitarte”.
No obstante, aclaró que “como les dijimos en la escuela, no venimos a invadirles su espacio sino a darle una mano en lo que podamos para que se revierta la situación”.
Además, criticó al INADI “porque nunca se ha acercado a San Rafael para recorrer y dar charlas, la vez que han venido ha sido para un acto o entregar una invitación a un funcionario. Los llamamos para que ver qué podían hacer en este caso y sólo nos ofrecieron folletos”.
