La Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria elaboró un documento con una serie de consejos sobre cómo evitar la intoxicación botulínica con las conservas caseras.
Esto surgió tras la muerte por botulismo de una niña de 8 años de la Villa 25 de Mayo y la intoxicación de su hermana y padre, y un amigo de éste. Se cree que el problema se originó al haber consumido vizcacha en escabeche en una cena familiar.
Ante ello, los ingenieros Fanny Martin y Roberto Battistón (decano de la FCAI) aconsejaron a través del escrito “no elaborar conservas caseras de carnes rojas o blancas (como ternera, cerdo, oveja, cabra, jabalí, pescados, pollo, vizcachas, liebre, conejo, martineta y otras) porque las temperaturas de esterilización que pueden lograrse a nivel casero no alcanzan para destruir las esporas del Clostridium botulinum responsable de producir las mortales toxinas”.
También pidieron que “por el mismo motivo no elaborar conservas caseras a base de hortalizas como pimientos, alcauciles, berenjenas, cebolla, chauchas y otros”; y “no elaborar conservas caseras de tomates mezclados con pimientos, cebolla, ají, ajo u otros ingredientes dado que estas mezclas transforman a este producto en potencialmente peligroso”.
Además, los especialistas recomendaron que al elaborar tomates en conserva agregarle “dos cucharas soperas de vinagre de alcohol o dos cucharas soperas de jugo de limón por kilogramo de tomate”.
Indicaron que “en caso de dudas sobre la inocuidad de una conserva casera elaborada de carnes rojas o blancas, pimientos, chauchas, alcauciles, espárragos, tomates, berenjenas y otras, volcar el contenido de la conserva en un recipiente y llevarlo a hervir manteniéndolo de esta forma por 10 minutos”, porque “esto permite eliminar la toxina botulínica si está presente”.
Por último, aconsejaron “consumir de inmediato y nunca probar la conserva sin cocinar”.