Los problemas del sueño constituyen una epidemia global que amenaza la salud y la calidad de vida de hasta un 45 por ciento de la población mundial.
Por tal motivo, los especialistas destacaron la importancia de comprender mejor el proceso del sueño y aumentar la investigación en esta área de la medicina ya que podría ayudar a reducir el impacto de los trastornos del sueño en la sociedad.
El neumonólogo Carlos María Franceschini, coordinador de Laboratorio de Sueño y Respiración del Hospital Cosme Argerich, explicó que cuando se habla de "calidad de sueño" es necesario "tener cuenta algunas de sus características: que tenga una duración suficiente, la continuidad de los ciclos de sueño sin interrupción y la profundidad que permita obtener un sueño reparador".
Franceschini, quien además es coordinador suplente de la sección de sueño, oxigenoterapia y otros tratamientos domiciliarios de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), señaló que "un sueño adecuado es aquel que da lugar a un nivel satisfactorio de alerta durante las horas que permanecemos despiertos, la cantidad de horas de sueño necesaria por día, depende de múltiples factores ambientales, genéticos y sociales".
"Sin embargo, la restricción crónica del sueño (dormir entre 4 y 7 horas diarias) resulta en un aumento de la somnolencia diurna y genera cambios en la conducta que empeoran a medida que dormimos menos", manifestó el especialista.
¿Cómo respiramos mientras dormimos?
Franceschini indicó que "respirar regularmente durante el sueño es fundamental para el bienestar y la salud".
"La interrupción frecuente de la función respiratoria durante el sueño es un desorden generalizado y común, llamado apnea del sueño. La enorme prevalencia poblacional de trastornos, como el síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño (SAHOS) que llega
en algunos estudios a sugerir que en adultos 24% de los hombres y 9% de las mujeres lo presentan en toda la gama de severidad", añadió.
El neumonólogo comentó que "los principales factores de riesgo asociados al desarrollo del SAHOS son: la obesidad, el sexo masculino, el incremento de la edad, la menopausia, las alteraciones de la anatomía craneofacial y del cuello, ya sean congénitas y/o adquiridas, el hipotiroidismo, los antecedentes familiares de la asociación de ronquido-SAHOS y también el uso de sedantes, tabaquismo y alcohol".
En tanto, dijo que "los trastornos de la respiración durante el sueño también pueden provocar hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, enfermedad coronaria, enfermedad cerebrovascular, hipotiroidismo y síndrome metabólico".
"Además, son un factor de riesgo para trastornos mentales como depresión y ansiedad. A su vez, el control de estos trastornos mejora la calidad de sueño. La incapacidad para obtener la calidad del sueño deseada puede conducir a cuestiones como falta de atención, disminución de la concentración y del rendimiento académico, y aumenta el riesgo de accidentes automovilísticos", manifestó.
Franscechini comentó que "están actualizadas y publicadas las directivas, donde se describe la relación entre, la somnolencia diurna, la apnea del sueño y el riesgo de conducir".
"El SAHOS es el trastorno medico más común que causa somnolencia diurna excesiva y, conduciendo, el riesgo de somnolencia aumenta dos o tres veces", agregó.