La Provincia
Lo dijo su nuevo titular, Sergio Vergara, quien asume mañana. En 2007 había 2.300 empleados, hoy unos 3.700. Echarán a ex funcionarios que se quedaron en planta con la categoría más alta. Deuda de $850 millones

"En ocho años el PJ casi duplicó el personal de la OSEP"

Por UNO

Tiene más afiliados que la totalidad de habitantes de Guaymallén, el departamento más poblado de la provincia, y posee también el doble de presupuesto anual de esa Comuna. La salud del 25% de los mendocinos está atada a su cuidado y atención, sumando en total unos 400.000 adheridos.

La Obra Social de los Empleados Públicos (OSEP) es muchísimas cosas, partiendo desde el estricto sentido para el que fue creada, que es el de prestar servicios de salud y asistencia social, hasta su importancia política de carácter crucial para cualquier gobierno.

Es la proveedora y prestadora de salud más grande de la provincia y uno de los dos motores que hacen posible el ejercicio de la medicina en Mendoza. El otro es el PAMI.

Pero también es una formidable plataforma para la actividad política, un trampolín como pocos para aspirar a una candidatura electoral, una vidriera sin igual para mostrar gestión, una áspera trinchera para pulir el oficio de administrar el Estado, una caja valiosa para cualquier gobierno provincial por su gigantesco presupuesto anual de $3.100 millones, un reservorio para militantes, un jugoso botín para el lado oscuro de las fuerzas políticas y una lápida para el que la comande y fracase en el intento.

Navegando en la tormenta

Semejante estructura de poder nunca está exenta de polémicas, crisis y a veces quebrantos, y tras ocho años el nuevo gobierno denunció un grave estado de emergencia.

Sergio Vergara (51), licenciado en Ciencias Políticas, será el nuevo director de la OSEP desde mañana.

Es hijo de Jorge Vergara, intendente electo en Malargüe tras derrotar al PJ luego de cinco períodos seguidos.

En diálogo con Diario UNO, dijo que recibe una pesada herencia con una deuda millonaria impaga, un crecimiento de personal sin precedentes y un presupuesto deficitario.

"En 2007, la OSEP tenía 2.300 empleados y hoy tiene 3.700, sin dejar de contar que en el medio se jubilaron unos 700 trabajadores cuyos puestos fueron ocupados. Es decir, en los últimos ocho años casi duplicaron la planta de personal", detalló Vergara, quien trabaja en la mutual estatal desde 1991 y que entre el 2000 y el 2007 fue director del área de Comercialización, durante la conducción del ahora intendente de Guaymallén, Marcelino Iglesias.

Para Vergara, la primera tarea es "recuperar la credibilidad, porque la deuda con los proveedores y prestadores al 31 de diciembre es de $850 millones, casi el 25% del presupuesto anual. Esto nos exige buscar un plan de pagos con ellos y acudir nuevamente a sus servicios, porque no se los puede remplazar en la mayoría de los casos".

"Nuestro gran desafío –explicó– es transformar todo esto en un plan de desarrollo y de trabajo. Nuestra meta es que se concilien los objetivos entre los usuarios, los prestadores, nuestros empleados y las necesidades de la obra social. Se trata de un plan bastante básico, que es que la OSEP funcione", expresó.

Aunque en los últimos ocho años de gestión peronista la OSEP sumó un hospital obstétrico propio y un centro odontológico de envergadura, Vergara recalcó que "igualmente la calidad de la prestación se debilitó muchísimo por falta de controles y carencias".

Rescató por ejemplo que "el centro odontológico es hermoso, modelo en el país, pero está sin equipamientos ni insumos".

Precisó que "trabajan 150 dentistas pero hay un sillón odontológico por cada tres odontólogos y eso no puede ser, tendría que haber uno por cada profesional".

Vergara reforzó el ejemplo con las cifras de productividad: "Este centro hizo en 2015 unas 11 mil atenciones al mes, cuando debería hacer por su estructura unas 30 mil atenciones mensuales".

El nuevo director describió que en todos los centros de atención de la OSEP se multiplican los inconvenientes: "A la falta de insumos se agregan problemas como la falta de agua, de ropa de trabajo, las cloacas tapadas o la mayoría de los aires acondicionados sin funcionar".

Sobre este último punto destacó que "si un equipo de aire de un quirófano no funciona o el personal que tiene que trabajar allí no tiene la indumentaria, no podemos operar".

Se quejó de que "se ha prostituido el trabajo, hay mucha gente que no cumple horarios, muchos ñoquis, vamos a censar a todos porque tenemos unos 200 trabajadores que no los encontramos por ningún lado".

Vergara advirtió: "Y va a haber despidos. Ya bajamos 30 contratos, quitamos las mayor dedicación injustificadas y vamos a desvincular en breve a ex funcionarios de la obra social que tras finalizar su gestión pasaron a planta permanente con la categoría más alta".

"Les vamos a pedir a los afiliados que nos den un poco de tiempo, que no se preocupen porque los servicios están garantizados y la obra social va a funcionar", prometió.

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