El artista paranaense Horacio López fotografió ayer el cielo en Bajada Grande y encontró una buena cantidad de Chemtrails.
En mayo del año pasado, Gustavo Fernández, explicó en las páginas de UNO un detallado informe sobre el fenómeno que se describe con la palabra, formada por la contracción de los términos en inglés "Chemicals trails" ("rastros químicos") que remite a las extrañas estelas que quedan en el cielo luego del paso de algunos aviones.
"Quizás esté el lector acostumbrado a verlos, y piense que se trata de "aviones a chorro". Pero lo que el gran público no sabe es que no hay que confundirlos con los "contrails" (acróstico de "condensed trails", "rastros de condensación"). En efecto, mientras estos últimos sí resultan del sistema de propulsión de aeronaves comerciales o militares a propulsión jet, los chemtrails son algo muy distinto.
¿Cómo se diferencian unos de otros?
Los "contrails" no se producen a menos de 8.000 metros de altitud. Aparecen aún mientras el avión está desplazándose, y se disipan en pocos minutos. Los "chemtrails", por el contrario, aparecen a altura mucho más bajas y permanecen muchas horas casi sin deformación."Confieso que no había reparado en la presencia de chemtrails sobre la ciudad de Paraná hasta hace muy poco, concretamente, el jueves 30 de abril. Ese día, desde primeras horas de la mañana hasta el mediodía dos chemtrails estuvieron suspendidos sobre el mismo centro de la ciudad", redactó Fernández que además publicó esta observación en sus redes sociales, y dos colaboradores espontáneos, G.S y H.S también le acercaron fotos.
Si la suposición de que algún poder nos "fumiga" -como de hecho las evidencias muestran en diversas partes del mundo- uno se pregunta con qué, y para qué. Esto último ha dado pie a todo tipo de especulaciones.