Por Paola Alé
ale.paola@diariouno.net.ar
En pleno siglo XXI, no debería morir ninguna mujer por un aborto mal practicado. El aborto es una problemática de salud pública, y en nada tiene que ver la creencia de los dirigentes ni la religión de quienes hacen –o esquivan– las leyes.
Sin embargo, no podemos contar ni con la garantía del cumplimiento de la interrupción legal del embarazo en los casos contemplados en el artículo 86 del Código Penal.
Mendoza es una de las provincias que, deliberadamente, no cumplen ni con la ley ni con el modo en que el Gobierno nacional dispuso que esa norma se efectuara, ni con lo que estableció el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Es decir, está cometiendo abiertamente una falta grave.
Pero al parecer a los senadores les parece más importante hacerle “bullying” a una legisladora de una fuerza política minoritaria (Noelia Barbeito, del FIT, quien ayer puso de nuevo el tema en debate), levantándose del recinto y dejándola hablar en soledad por motivos casi irrisorios: quieren darle una lección, porque ella no participa en algunos debates.
El “bullying” a Barbeito es una falta de respeto no ya de un grupo de legisladores y legisladoras hacia una mujer, sino hacia todas las mujeres que vemos cercenados nuestros derechos por un Estado incumplidor. Dándole la espalda a ella seguramente habrá una mujer menos, y una muerta más por aborto.