Por Alejandro Gamero
El fantasma de la fallida votación de Miriam Gallardo para la Corte de Mendoza vuelve a sobrevolar el bloque peronista para la elección del nuevo candidato, el histórico Julio Gómez.
A 24 horas de la votación secreta que se realizará mañana en el Senado, en el entorno del peronismo nadie se anima a asegurar que el PJ tiene los votos propios para colocar al ex subsecretario de Justicia en la Suprema Corte local.
A pesar de los innumerables avales que tuvo en la audiencia pública y del previsible rechazo de la Unión Cívica Radical, encorsetada en la campaña, en los pasillos legislativos hablan de que las heridas electorales dentro del peronismo podrían atentar contra la elección.
Afirman que algunos se quejan al hablar de “ese señor”, por Gómez, alejado del PJ, y hubieran preferido un candidato hoy en actividad en el partido y la función pública.
Otros dan cuenta del desplante de los peronistas del Este en el Congreso partidario, que no hicieron la foto de unidad. Liderados por el intendente Jorge Giménez, estarían ofendidos porque no pudieron poner un hombre suyo en el tercer puesto de la lista de candidatos a diputados nacionales.
Otra incógnita es si los senadores que responden a Adolfo Bermejo votarían a favor de Gómez, tras ver cómo la candidata de su riñón Miriam Gallardo se quedara sin el cargo por la fractura interna del PJ.
En ese contexto, si el peronismo logra encolumnar a sus senadores tiene los votos suficientes para llevar a Gómez a la Corte, los votos justos, pero necesarios, sin margen para darse el lujo de perder alguno.
La disputa entre la institucionalidad y la interna política
Si por esos imponderables de la política Julio Gómez no consiguiera llegar a la Corte de la Provincia, el principal desairado sería el gobernador Francisco Pérez, quien ante las críticas de los radicales, que reclaman desmemoriados de su pasado un candidado sin extracción política, el mandatario les ha respondido, entre otros argumentos, con el de la institucionalidad: esto es, respetar la nominación del gobernador y del partido que gobierna.
Sin embargo, el rechazo de Miriam Gallardo llegó de parte de los senadores peronistas presas del despecho por la interna.
Por eso le toca al PJ garantizar la institucionalidad reclamada.
►Usarán bolillas de un color. No habrá bolillas negras tras la presunta confusión de la senadora peronista Claudia Segovia, que metió negras y blancas en los lugares equivocados, frustrando la elección de Miriam Gallardo. Ahora sólo blancas para votar a favor o nada.