José Luis Ramón es uno de los cuatro candidatos a la gobernación de Mendoza. Comenzó a ser conocido a través de sus peculiares reclamos y defensas de los derechos de los consumidores.
Nació en la localidad de Rufino, Santa Fe, y pasó su adolescencia en Palmira. Docente, entrenador de rugby y abogado que actualmente se desempeña en el Congreso de la Nación como diputado.
Ramón participó del segmento "El lado B de los candidatos" en radio Nihuil donde la consigna es no hablar de política.
-Sos de Rufino, ¿cómo terminaste en Mendoza?
-Mi viejo era ferroviario. Él era de Palmira pero lo trasladaron a Rufino y, por esas cosas de la vida, terminé naciendo allí. Cuando vinieron los '90, fue despedido así que volvimos a la casa de la familia en Palmira y terminé mis estudios.
-¿Eras bueno en la escuela?
-En la primaria fui abanderado. Terminé la secundaria en la escuela de Comercio y después abogacía.
-Tenía otra imagen tuya, pensé que eras el típico que se sentaba en la última fila
-Hacía kilombo pero era buen alumno. Me gustaba estudiar pero tenía un problema en el colegio porque era muy pícaro. Tenía problemas con la disciplina, con las chicas.
-Entonces, ¿con las chicas bien?
-Muy bien. Me encantaba relacionarme con las mujeres.
-Pero, ¿cómo ibas con la pesca?
-Impecable, era una cosa maravillosa. Durante la escuela secundaria uno tiene esa cosa linda del despertar a la vida de los 13, 14 o 15 años y muy buenas compañeras. Tengo dos grupos de compañeros porque fui hasta tercer año en Rufino. Entonces tengo un grupo de WhatsApp de la promoción 82 de Rufino. Y después tengo el grupo de Palmira.
-¿Te llevás bien con tus compañeros?
-Tuvimos una época de mucho disgusto. Fue cuando cerraron los ferrocarriles. Fue algo muy difícil porque la mayoría tenía a nuestros padres trabajando ahí o en la fábrica Noel, que era la frutihortícola, que también cerró. Entonces la desocupación generaba hechos muy delicados en nosotros y en las familias. Algunos teníamos más picardía y salíamos a trabajar para ayudar a parar la olla.
-Cuando te presentaron indicaron que también fuiste entrenador de rugby, ¿también jugaste?
-Sí, empecé en Rufino jugando en Los Pampas, desde muy chiquito. Teníamos un profesor maravilloso. Yo jugué desde los siete años y cuando volvimos a Mendoza jugaba en Mendoza Rugby. jugué muy poquito en el plantel superior y después entrenador durante 20 años. Para mí fue una experiencia muy rica estar con las divisiones juveniles porque cuando te relacionás con los pibes te das cuenta que son mucho más inteligentes que cualquiera de nosotros. Extraño mucho dos actividades, esa de entrenador y la docencia. Dí clases en la escuela Cervera, de Godoy Cruz, casi 10 años hasta que asumí como diputado de la Nación. Pero esa vivencia de ser profesor en una secundaria y encontrarse con los chicos en la calle después, es una experiencia muy enriquecedora.
- También tuviste una etapa de campera de cuero y Harley -Davidson
-Claro, Harley -Davidson y (Honda) Magna edición limitada modelo 88.
-¿Te siguen gustando las motos?
-Por supuesto, y las sigo usando. Todavía tengo la Magna. Lo que pasa es que ahora uso más la bicicleta porque me mantengo activo, viste que mi físico está grande y crezco más cuando como demasiado. Por eso ando mucho en bicicleta pero la moto la sigo usando. He hecho miles de kilómetros aunque me costaba usar el casco.
-Pero tenés una protección extra que es el pelo
-Me cuesta cortármelo. Recuerdo que tenía un preceptor en la secundaria que me hacia la vida imposible porque en esa época también usábamos la patilla larga. Al día de hoy me cuesta todavía cortármelo.
-Además de las motos están los caballos y las boinas
-Sí, si. Tengo boinas de todos los colores y las mejores son las que hacen de hilo y de lana mi mujer. Pero la boina es como un símbolo. Es el símbolo del tipo que anda al aire libre.
-A caballo, ¿salís en grupo?
-Tengo mis caballos de cría. Me gusta cuando voy al campo andar a caballo. No pertenezco a ninguna agrupación en particular pero para la Vendimia desfilamos.
-Hiciste un lío para la Vendimia
-No, yo no. Fue el gobernador el maleducado que no dejó desfilar a las agrupaciones. La educación es la base del respeto que se tiene que tener cuando hay una convivencia de dos o más personas. La paisanada de nuestra provincia fueron los que gestaron la libertad de medio continente.
Entonces hay que respetar la tradición y los valores de esos señores que a caballo van a desfilar en el Carrusel. Porque históricamente, el presidente de la Asociación Gaucha se apersona frente al palco y le pregunta al gobernador: "Puedo empezar el Carrusel" y muestra el rumbo la virgen de la Carrodilla. Religioso o no, cualquiera que sabe lo que es trabajar en una finca conoce que la virgen de la Carrodilla supera lo religioso, lo católico o lo que fuera. Por lo tanto, yo no hice lío sino que le marqué al señor gobernador que hay cosas que tiene que ver con los valores propios de nuestra provincia muy distintos a esos señores que hacen política siguiendo directivas de Buenos Aires y no, respetando lo local.
-¿Con la pilcha cómo te llevás?
-Me gusta vestirme bien, para la ocasión. Cuando me presento con un poncho es porque quiero comunicar algo que a la gente le aqueja. Es una manera de comunicar.
-El tema de los perfumes y esas cosas ¿van con José Luis Ramón?
-Sí, si. Me gusta mucho pero tiene que ser francés. Bravo lo que digo.
-¿Cómo sos con tu mujer?
-Amo a mi mujer, ella es maravillosa. Es una artista de fuste. Es capaz de haber aceptado una familia con todas las cosas positivas y negativas que tenemos. Me banca en esta patriada en la que nos hemos encaminado. Tenemos un problema con las condiciones políticas porque ella es ganso (demócrata) de vieja data. Es descendiente directo de Emilio Civit y su padre fue ministro.
-No te va a votar
-Vos sabés que yo le digo: "Cómo me gustaría entrar y ver que votás" (risas) pero bueno, creo que ella me banca y me vota, aunque le debe costar.