El periodista Julián Chabert y el camarógrafo Raúl Rulo Zalazar, de Canal 7 de Mendoza (de UNO Medios), fueron golpeados en varias partes del cuerpo, obligados a desnudarse, retenidos durante varios minutos bajo amenaza de arma de fuego y hasta su equipo de filmación recibió un balazo, este martes en la mañana, cuando realizaban una nota en una finca de Los Corralitos, Guaymallén, por una denuncia de explotación laboral.
Los agresores fueron el dueño del lugar y su hijo, quienes luego del episodio fueron aprehendidos por la Policía. La finca se encuentra en Severo del Castillo al 4.100, de ese distrito, donde se denunció que 15 personas de origen boliviano, en su mayoría niños, estaban alojados en especie de celdas, sin agua y sin luz de suministro legal.
"Estamos bien los dos. Pero nos pegaron con un fierro grande en las piernas y los brazos. A mí me pegaron mucho en la parte de arriba y a Rulo en la piernas. Yo no siento absolutamente nada", expresó Chabert a poco de ser liberado, cuando a la finca llegó la Policía.
Relató que quien los golpeó fue el hijo del dueño de la finca, mientras que el hombre -a quien identificó como Horacio Isgró- los amenazaba con un arma. Añadió que los obligaron a desnudarse, se llevaron sus ropas y las arrojaron en distintos lugares del solar.
"El padre le metió un disparo a la cámara y nos amenazaba con matarnos; nos decía: 'Yo me rompo el culo para tener esto y ustedes vienen a cagarme la vida, ustedes tienen que estar muertos, yo me voy a encargar de que estén muertos".
Ambos estuvieron retenidos por sus agresores durante más de cinco minutos.
La noticia tuvo inmediata repercusión en medios digitales.
"Esta mañana vininimos a la finca porque había una inspección de la Subsecretaría de Trabajo -expuso el periodista-. Cuando llegamos, no la encontramos. Nos estábamos retirando y una mujer de la comunidad boliviana nos dijo que nos quería contar cuáles eran sus problemas, cómo vivían. Y cuando estábamos haciendo la nota, llegó esta persona (por Horacio Isgró)".
La causa quedó a cargo de la fiscal de Delitos Complejos, Claudia Ríos, quien se hizo presente en la finca.
Según pudo constatar Canal 7, las personas se dedican a cosechar aceitunas y tambien velar por el crecimiento de los olivos, pero las condiciones para realizar estas tareas son muy precarias. Incluso niños pequeños colaboran en los duros menesteres de los mayores.
Las familias duermen hacinadas en colchones sobre el piso, dentro de pequeños cuartos enrejados, similares a celdas, en cuyo interior no hay agua y el suministro de luz es brindado en condiciones ilegales. Hay solamente una letrina para las quince personas moradoras y una canilla con manguera a las afueras las "habitaciones".
Lo curioso, por calificarlo de alguna manera, es que a muy pocos metros de estos antros está ubicada la residencia del empresario que los emplea: una coqueta mansión con piscina bordeada de fastuosos palmares, contrastando con la miseria de los trabajadores.