Con un registro de 57 grados de sensación térmica, capaz de acobardar al más duro de los siesteros de la provincia, el intendente de la localidad santiagueña de Pozo Hondo, Claudio Nicolau, realizó este sábado la llamativa prueba de freir un huevo en el pavimento de la plaza principal del pueblo. Creer o reventar, apenas tres minutos fueron suficientes para completar la cocción, mucho menos que la mejor hornalla de cocina. "Siguiendo la recomendación del ministro de Energía (Juan José Aranguren) hice unos 'freídos' en la siesta de 50° en la plaza San Martín de Pozo Hondo para ahorrar gas... y como dijo el filósofo Franchella: 'A comerla'", escribió Nicolau en su muro de la red social Facebook, junto con las imágenes de su particular cocina a cielo abierto. Esta prueba recuerda a otra realizada en diciembre del año 2013, por vecinos de la ciudad de Loreto, a unos 60 kilómetros de la capital santiagueña, aunque con algunas diferencias.En aquella oportunidad el termómetro marcaba 55° en plena siesta y el huevo fue cocinado sobre la tapa de acero de un depósito de combustible de una estación de servicio De todas formas, los loretanos tuvieron que aguardar durante 74 minutos para completar la cocción. Es decir, 71 minutos más que los vecinos de Pozo Hondo. Según relató el propio Nicolau a Noticias Argentinas, la idea de hacer esta prueba surgió luego de que César Ruiz, uno de los electricistas de la Municipalidad de Pozo Hondo, le contara que su hija, Leila, había registrado 57° con el termómetro que usa para instalar los equipos acondicionadores de aire. "Ahí, en plena siesta, tiré el huevo en un mosaico de cemento puro. El calor era tanto que descalzo era imposible transitar. En aproximadamente tres minutos el huevo se fue cociendo hasta quedar como el típico alimento argentino. Leila Ruiz, por su parte, hizo otro", narró le mandatario comunal, que recordó que el jueves pasado la temperatura llegó a los 60° de sensación térmica en la zona.
País Facebook
Creer o reventar, apenas tres minutos fueron suficientes para completar la cocción, mucho menos que la mejor hornalla de cocina.