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Al parecer habría sido un error de la torre de control donde el controlador autorizó el aterrizaje de la nave menor. Al mismo tiempo lo hacía un avión proveniente de San Pablo con 150 pasajeros.

Un avión comercial casi choca con un ultraliviano al aterrizar en Rosario

Por UNO

Un presunto error de la torre de control del aeropuerto de Rosario casi genera una tragedia área cuando el controlador autorizó a una nave ultraliviana tripulada por dos alemanes que recorren el mundo a aterrizar en la pista local al mismo tiempo que lo iba a hacer un avión de la empresa TAM que provenía de San Pablo y llevaba a bordo a 150 pasajeros.

El incidente se registró el pasado domingo alrededor de las 11.00 cuando en pleno vuelo los pilotos de ambas naves se percataron de la peligrosa situación y el aviador comercial cambió de ruta para no chocar de atrás a la nave más pequeña.

En tanto, en el descenso quedaron enfrentados a sólo un kilómetro de distancia, por lo cual el capitán del avión TAM hizo entonces una brusca maniobra, volvió a tomar altura y estuvo 15 minutos en el aire hasta que la pista estuvo despejada.

Según se indicó en una nota publicada en la web del diario La Capital, la versión oficial que difundieron desde la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac) y el Aeropuerto del barrio rosarino de Fisherton era que lo ocurrido no había sido grave mientras que desde la empresa TAM no se le dieron explicaciones a los pasajeros.

Para minimizar el hecho, las autoridades lo atribuyeron inicialmente a la intensidad del viento que había en la zona, lo cual fue negado por los viajantes mientras que luego dijeron que frecuentemente hay demoras en el aterrizaje de una nave y aseguraron que no se violaron las alturas mínimas requeridas.

De todas maneras, no se informó nada acerca del descenso casi simultáneo de las dos naves, de las fallas en los cálculos y del arribo enfrentado y, pese a la desmentida oficial, La Capital logró reconstruir lo ocurrido con el testimonio del piloto alemán del ultraliviano, quien reconoció que lo sucedido fue "muy peligroso".

El piloto Andreas Zmuda aseguró que en "cualquier lugar del mundo, si esto pasa, le retiran la licencia" al controlador aéreo mientras que además planteó que el encargado de dialogar por radio con los pilotos "no hablaba bien inglés", lo cual es un elemento clave que pudo haber generado la confusión y casi provoca una tragedia en el aire rosarino.

Además, una pasajera del vuelo 8130 contó al diario: "Lo que vivimos fue tremendo. Ya estábamos a poco de aterrizar, desde la ventanilla se veía la pista y el piloto hizo una maniobra sumamente brusca. Hubo silencio y pánico entre todos los pasajeros. El capitán dijo que fue por el viento, pero cuando pisamos tierra no corría una gota de aire".

Por otro lado, una fuente de la Fuerza Aérea confió a La Capital que la falla estuvo en los tiempos de autorización que otorgó la torre de control para el arribo de ambas máquinas y la fuente planteó que de milagro no se produjo una tragedia.

El presidente del directorio del Aeropuerto Islas Malvinas, Raúl Garo, aclaró que "oficialmente no consta que se haya producido el incidente. No hay denuncias de pasajeros, del capitán del vuelo de TAM ni de nadie. Lamentablemente, sin esa información desde la dirección administrativa del aeropuerto no podemos avanzar".

Sin embargo, el funcionario admitió que durante la semana que pasó escuchó todo tipo de versiones, entre ellas que el avión de TAM tuvo que hacer una maniobra intempestiva para evitar una posible colisión.

Según pudo reconstruir el diario La Capital, el ultraliviano recibió el aval final para aterrizar cuando estaba a cuatro millas de la pista y en paralelo, la torre autorizó a descender al airbus de TAM cuando se encontraba a 12 millas.

Mientras el ultraliviano se traslada a unos 100 kilómetros por hora, el avión comercial lo hace a 400. El riesgo de que la nave de TAM embistiera de atrás a la de menor porte existió, y fue elevado.

Tanto, que el piloto comercial cambió de ruta, pero no lo habría informado al control. Y terminó aterrizando en sentido contrario.

A unos 200 metros de tocar la pista, el avión de TAM volvió a hacer un giro para evitar el aterrizaje, ya que estaba a sólo un kilómetro del ultraliviano, tomó altura y se quedó en el aire 15 minutos hasta que puso fin a la turbulenta jornada.

Fuente: Noticias Argentinas