"Si llego a encontrar algún hueco me mando", esas fueron las últimas palabras de Leandro Larriera, el piloto de la avioneta que se estrelló en el Río de la Plata. A juzgar por estas palabras, la niebla fue un detonante de la tragedia que acabó con la vida de cinco personas.
País
En medio de la neblina y en el epílogo de una travesía que terminaría de manera fatídica, el hombre al mando del avión se comunicó de manera desesperada con los operadores de la torre de control.