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La historia de un perro fiel conmueve a todos en Córdoba. El animal espera frente a un dispensario a su dueño, que falleció hace ocho meses.

Su dueño murió, pero él lo sigue esperando

Por UNO

Desde hace varios meses un perro leal espera a su amo -que falleció- frente al dispensario MonteCristo de la ciudad cordobesa, donde es alimentado por vecinos y voluntarios protectores de

animales.

El perro, apodado "Alicio", llegó junto a su dueño al dispensario de la ciudad, ubicada a 25

kilómetros de la capital, donde se fue a atender por última vez hace ocho meses.

El hombre había sido trasladado de urgencia al centro sanitario en grave estado y falleció en

el nosocomio. Desde entonces el fiel animal espera a su dueño frente al dispensario.

Ejemplo de lealtad

El animal es alimentado por vecinos y voluntarios de la agrupación protectora Uniendo

Huellas. Pese a haber sido dado en adopción varias veces, el perrito se escapa y vuelve siempre al

lugar, esperando quizás la salida de su amo para acompañarlo de regreso a casa.

El perro duerme en el depósito del dispensario y la doctora Alicia Delgado ya lo adoptó como

si fuera su "hijo postizo" (de ahí su nombre Alicio). Los vecinos se encariñaron con el perro y

todos comenzaron a llamarlo Alicio. Su actitud ejemplar originó varias reflexiones entre la gente.

La moraleja más importante y comentada fue: "los animales saben entregarse y dar amor en forma

desinteresada, más que los humanos". La historia del perro se hizo conocida en la provincia por

fotos que los vecinos y turistas toman del animal y las difunden en redes sociales de Internet,

como Facebook, donde se creó un sitio con el nombre: "Alicio el Perro".

Igual que una película

La situación del animal también fue reflejada en medios de comunicación, a través de

diferentes notas publicadas. La historia remite a la película estadounidense

Siempre a tu lado, Hachiko, estrenada en 2009, protagonizada por Richard Gere, Joan Allen

y Sarah Roemer, basada en la historia real de un can japonés.

La película muestra la historia de un perro de nombre Hachiko, apodado "Hachi", cuyo dueño es

un profesor, a quien acompaña todos los días a una estación de trenes. En forma sorpresiva, el

docente universitario murió y el perro permaneció por el resto de sus días frente a la estación, a

la espera del regreso de su dueño.

Los vecinos de la localidad japonesa erigieron una estatua al perro, ubicada fuera de la

Estación de Shibuya, ubicada en el oeste de Tokio. (DyN)