Por Mariano [email protected]
Así lo expuso un estudio de una consultora local. Los chicos gastan el 50% de su presupuesto mensual en ropa. El resto es para entretenimiento y comida.
Así lo expuso un estudio de una consultora local. Los chicos gastan el 50% de su presupuesto mensual en ropa. El resto es para entretenimiento y comida.
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Satisfacer la demanda de consumo de un hijo adolescente, sin contar la educación, puede costar en Mendoza entre $700 y $1.840, en promedio, por mes. Si bien todo depende del poder adquisitivo de la familia, el patrón de consumo siempre es el mismo: apuntan sus gastos en un 50% a indumentaria y calzados, 25% lo destinan a comidas y bebidas y el resto a entretenimiento.
Estos datos que brindan un poco de claridad sobre el comportamiento de la población de entre 12 y 17 años surgen de un estudio realizado a fines de marzo por la consultora mendocina Evaluecon. El trabajo también reveló que, como se sabe, los chicos de esta edad “son consumidores de primer nivel y constituyen un público consumidor cautivo”. Todo un problema para sus padres, sobre todo en épocas en donde la inflación termina licuando los aumentos de sueldo.
Justamente, las subas de precios han sido fuertes en los productos y servicios que consumen los adolescentes. Según precisó José Vargas, economista que dirige la consultora, el incremento interanual promedio (que surge de comparar marzo de 2011 con el mismo mes de 2010) fue del 30%.
Otro problema para el bolsillo de los padres que tienen hijos adolescentes es que estos prefieren la ropa de marca y en última instancia recurren a las ferias persas, donde se puede conseguir indumentaria a muy bajo precio. Así se desprende del desglose de cada uno de los tres grandes rubros en los que este segmento gasta su dinero.
En cuanto al gasto en comidas y bebidas, el orden de prioridades de los chicos lo lideran las gaseosas; le siguen las galletas y luego las golosinas. En la lista luego figuran los alfajores, la cerveza, los cigarrillos, los snacks, el vino y las bebidas blancas.
Al momento de divertirse, este segmento de la población pone como prioridad salir a bailar (matinés sobre todo), ir al cine o bien al shopping. La compra de música figura en segundo lugar y finalmente se ubica el gasto en clubes o bien en gimnasios.
¿Cuánto gastan?
Seguramente, a muchas familias mendocinas se les debe hacer muy difícil afrontar monetariamente las demandas de consumo de sus hijos adolescentes. Por caso, si el chico quiere ir a una matiné los padres deberán pensar en un gasto de entre $17 y $20; para el cine deberán destinar entre $16 y $30; para comer en algún local de comida rápida –por lo general no van a otros sitios– tendrán que darle $30 y si el chico quiere comprarse ropa, que por lo general se imponen los jeans y las zapatillas, tendrán que desembolsar $100 en el primer caso y alrededor de $200 en el segundo, siempre en promedio.Ahora bien, ¿qué impacto tiene esto en la economía familiar? Para medir este asunto la consultora Evaluecon planteó dos escenarios posibles, que son en definitiva los dos grupos más representativos que se dan en Mendoza. En el primero el gasto mensual asciende a $700 e incluye tres salidas a matinés, otras tres al cine, seis comidas rápidas y el gasto típico en indumentaria –un jean y un par de zapatillas–.
El segundo grupo, en el que se inscriben aquellos chicos cuyos padres cuentan con mayor poder adquisitivo, llega a gastar $1.840 por mes. En este caso se incluyen 16 salidas –ocho a bailar y ocho al cine, incluyendo siempre una comida rápida– y cuatro compras de pantalones y dos de calzados.