Según publica el diario Página 12 en su edición impresa de este miércoles, Righi se inclinaría (como lo hizo en otros casos similares) por aceptar la renuncia y evitar así un largo proceso judicial y la permanencia en el cargo del fiscal.
En cambio, Alan Iud, abogado de Abuelas de Plaza de Mayo sostuvo para argumentar su preferencia por el juicio: “Desde Abuelas lo recusamos en todas las causas de derechos humanos, con lo cual no hay riesgos de que entorpezca este tipo de procesos”.
Lo cierto es que Montenegro, quien recuperó su verdadera identidad en el 2000, había denunciado que Romero Victorica “llamaba a casa y le daba información” a Tetzlaff sobre el juicio por los delitos de lesa humanidad por los que era investigado.
Una de las consideraciones que más se escuchan a la hora de defender el juicio es que Romero Victorica llevaría a su destitución y a la pérdida total o parcial de su jubilación, aunque luego tendría chances de recuperarla a través de una demanda.