En ese sentido, explicó que “la noticia no sería que la inmobiliaria que administra los inmuebles alquiló irresponsablemente”, sino que él “sería un energúmeno que reaccionaría como el pobre (Diego) Maradona” en el espisodio en que el astro del fútbol disparó con un rifle a periodistas que lo asediaban en su quinta de Moreno.
Al respecto, el magistrado advirtió: “Qué era lo que Maradona estaba haciendo o lo que pasaba en su quinta es algo que todos hemos olvidado, la noticia fue el rifle, yo no pienso usar ningún rifle”.
El jueves, la Fundación Alamaeda denunció penalmente y pidió juicio político contra el juez de la Corte por presunta violación con al menos tres departamentos de su propiedad en los que se ejercería la prostitución.
"Nunca firmé un contrato de locación personalmente, ni conocí a ninguno de mis inquilinos; tengo una inmobiliaria que alquila mis inmuebles", reiteró el magistrado y aseguró que tampoco recibió alguna vez una "carta documento de ningún consorcio" notificándole sobre "algo anormal" en los departamentos en cuestión.
El juez del máximo tribunal de justicia del país puntualizó que, ante las denuncias, lo que hizo fue "dar instrucciones para verificar lo que pasa, advirtiendo que si hay alguna actividad inadecuada se vayan de inmediato o de lo contrario formular la denuncia policial para investigar".
"Y en su caso ejercer las acciones civiles, pedir cautelares o lo que sea, para que cese toda actividad y pueda recuperar los bienes, veré cómo puedo hacer que queden los inmuebles libres lo antes posible, es lo mismo que hubiera hecho si me hubiesen formulado algún reclamo en serio con anterioridad", añadió.
Zaffaroni dijo haberse "sorprendido" del "escándalo mediático" que se generó tras conocerse la denuncia de la ONG en su contra: "El amarillismo y el hostigamiento mediático doloso e intencional no son signos de buena salud comunicacional", advirtió.
Estas actitudes "no pueden tener otro objetivo que me llenen el correo de mails, que me llamen varias veces a la oficina, que llamen a la madrugada a mis colaboradores a sus celulares, que me dejen una y otra grabación en el contestador, que se hayan agenciado de los teléfonos de todo el mundo, que me fotografíen cuando salgo de mi casa, que me sigan por la calle, que paren un taxi con un fotógrafo todo el día en la puerta de mi casa, que me llamen para decirme que van a publicar no sé qué otra barbaridad", alertó.