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"Me tiraron a la lona a mí y a toda mi familia", dijo Pablo Quiavetta, víctima de la inseguridad, sobre la gestión de Pérez

Por UNO

Pablo Quiavetta, el hombre que hace dos años y medio sobrevivió a un disparo en su cabeza por delincuentes en el parque San Martín, critió el gobierno de Francisco Pérez y aseguró que lo dejaron "en la lona"."Me tiraron a la lona y junto a mí, a toda mi familia. Me prometieron devolverme, por así decirlo, la casa que tuve que vender, el terreno que perdí por falta de pago y la dignidad de vivir en paz", aseguró Quiavetta a través de una carta que envió a este portal.

Pablo fue víctima del delito en abril de 2013, cuando estaba en el parque San Martín con sus amigos y una banda de delincuentes disparó al azar para robarles el auto. Uno de esos balazos impactó en la cabeza de Pablo, quien estuvo días en terapia intensiva del Hospital Central y pese a todos los pronósticos salió adelante.

A pesar de los dos años y medio que pasaron, de los delincuentes que casi terminaron con su vida aún no se sabe nada.

Esta es la carta en la que detalla lo que vivió este último tiempo:

A todas las víctimas de delito:

Hoy es en vano decir y denunciar: “un negro me robó”, que una chica diga: “un  negro me tocó el traste cuando iba caminando” o “un par de tipos me quisieron raptar”. “Me puso un arma en la cabeza y me sacó el celular”.

En realidad es en vano si la podés contar. Si Dios estuvo de tu lado justo en ese momento y nada te pasó y pudiste zafar. Ya es en vano que zafes o que te pasen cosas malas. Es en vano porque tanto para una u otra situación nadie se hace cargo.

A veces pienso: ¿Qué cantidad de gente sigue muriendo en manos de los inadaptados estos?

¿Tan miserable son sus vidas que no respetan la de los demás? ¿Tan poco dignos son para hacer lo que hacen?  ¿O será que el afán de poseer dinero no los deja ver con claridad cómo obtenerlo? ¡Qué raro!

De vez en cuando, los veo caminar frente a mí, y me pregunto: ¿Qué hice tan mal para recibir esto de ellos? ¿Es justo recibir tanta soberbia después de pasar por tan dura prueba? ¿Serán en verdad tan necesarios en nuestras vidas, que se hacen los otros cuando les golpeas la puerta de su despacho u oficina; y lo único que por ahí recibís es un: ESTÁ EN REUNIÓN, SI LO QUERÉS ESPERAR? ¡Qué raro!

Si tan solo cayeran de la nube en la que están y se dieran cuenta que están ahí gracias a nosotros. Gracias al pueblo, a la clase trabajadora. Esa clase que no solo  sostiene a los más necesitados (Clase Baja) sino también a los menos necesitados (Funcionarios Públicos) ¡Qué raro!

Me parece tan raro que no se hagan cargo  de quienes con su boto les dieron su prestigioso puesto, como aquél negro que te pega un tiro por no pagar un boleto de colectivo. Me parece raro el hecho de que nunca les toca vivir a los políticos una experiencia de robo, forcejeo  y el escalofrío que recorre tu cuerpo cuando te apuntan con un arma directo a la cara por robarte lo poco que llevas en las manos.

Les digo que es en vano todo esto porque nadie se hace cargo de lo malo que nos pasa en las calles. Ni un policía, ni un ministro de seguridad, ni un gobernador, ni un fiscal. Y mucho menos un juez incompetente, ese que sigue dejando libre a quienes nos matan por nada. Ni mucho menos se hacen cargo del DESPUÉS.

El después del delito, tanto si quedas vivo como si por desgracia morís en el acto. No se hacen cargo de tu familia, de cómo impacta en tu vida y en la vida de los que te quieren y conocen o de la gente que vivió tu desgracia en ese momento.

Hoy día estoy vivo y muerto a la vez. Después de aquel 4 de abril del 2013, tuve que ir vendiendo bienes que desde chico fui obteniendo gracias al sudor de mi frente, porque nunca le tuve miedo al trabajo. Porque siempre fui responsable e hice mi mayor esfuerzo para lograr estabilidad económica y laboral.

Francisco Pérez, Omar Parisi (IPV) y todos sus secretarios (desde el 22 de agosto del 2014 hasta hoy) me tiraron a la lona y junto a mí, a toda mi familia. Me prometieron devolverme, por así decirlo, la casa que tuve que vender, el terreno que perdí por falta de pago y la dignidad de vivir en paz.

Hoy se van de su cargo y nada hicieron al respecto. O en realidad sí hicieron; me chamuyaron, me mintieron, se rieron de mí y junto a eso me humillaron frente a mi familia que me acompañó a todas las reuniones que después de mucho insistir nos otorgaron.

Hoy me quedé sin nada y ellos con sus bolsillos llenos caminan como si nada. Es decir, les parece bien que un chorro nos dispare y trate de matarnos por nada, si mientras tanto a ellos no les toque ni les perjudique en sus sueldos. Sabiendo que eso que cobran es gracias al pueblo. Les parece bien cagarse de risa de las victimas de delito, esas víctimas que estamos sujetas a los chorros menores que nos matan por nada y sujetas a los chorros mayores, esos de guantes blancos que son quienes más daño nos hacen.

Despertemos como pueblo y luchemos por nuestra dignidad para vivir en paz, y volver a confiar en una vida sin ninguno de estos grandes grupos de chorros, corruptos y tránsfugas que viven a costillas nuestras.

Saludos Pablo M. Quiavetta