Por Rodolfo Calvo*
El 2 de abril de 1982 el ex presidente dio su apoyo a la recuperación de las islas. Pero ese respaldo apuntaba a la negociación no a la concreción de la guerra
El 2 de abril de 1982 el ex presidente dio su apoyo a la recuperación de las islas. Pero ese respaldo apuntaba a la negociación no a la concreción de la guerra
Por Rodolfo Calvo*
En su declaración pública, nuestro estadista Arturo Frondizi puntualizó su apoyo a la recuperación de Malvinas como ex presidente de la Nación y descontó la fervorosa adhesión del pueblo. Empero, siempre ávido de estrategia de función paz-guerra franqueó la realidad del país dirigido de facto. Esta advertencia fue subestimada, denostando a sus voceros. Nos comportó un doble sufrimiento.
Resumo el proceso: el golpismo había paralizado los avances desarrollistas del presidente Frondizi. Se reiteraron las impotencias del subdesarrollo y las durísimas represiones sociales. A su vez, la constante reivindicación nacional de las islas Malvinas obtuvo un respaldo trascendente en la ONU. No obstante, Galtieri decidió una insólita y paradojal ocupación militar de las islas. La adhesión popular fue resonante, con fuerte carga de emociones políticas. Sin embargo, la ocupación militar vulneraba normas de coexistencia pacífica universal, sustentadas en el acuerdo de Yalta, en 1945, al culminar la Segunda Guerra Mundial.
Para evitar la guerra se requería la transitoriedad de la ocupación y, a la vez, la inmediata negociación trilateral con Inglaterra y la mediación con EE.UU. por su liderazgo continental y mundial. El canciller norteamericano Alexander Haig se lo dijo a Galtieri. No obstante, la guerra se desencadenó con la heroicidad de nuestras soldados e idoneidad reconocida por el enemigo.
En Gran Bretaña influyeron las actitudes victorianas de la líder Thatcher. Y aquí se especuló con sitiales de gloria y el poder político institucional del futuro para impedir el enjuiciamiento de las reconocidas violaciones de los derechos humanos. Más aún, la guerra cambió la actitud logística de EE.UU, el mediador: un preanuncio del resultado trágico del conflicto. Galtieri fue condenado a prisión perpetua por el Tribunal Militar en lugar del eventual fusilamiento determinado por el general Benjamín Rattenbach. Con aprendizaje y luto a la par, la democracia reabrió sus puertas ampliamente para iluminar la defensa de los derechos humanos. Cada víctima argentina es un mensaje eterno de la paz que entraña también a la soberanía.
Ahora, la inteligencia y firmeza de la política exterior de la presidenta Cristina Fernández significa una genuina proyección de Argentina en vías de desarrollo, clave de la soberanía, dinamizada por el Mercosur y una envidiable solidaridad de la Unasur, que originan respetabilidad en el mundo, ahora multipolar.
* El autor ha sido presidente de la Federación Argentina de Cardiología (1973/74), presidente Cámara de Diputados (1958/60), Movimiento de Integración y Desarrollo (MID)-1985/86.