País

“Fue el peor de todos mis días y además estoy muy traumatizada”

Por UNO

Por Catherina Gibilaro

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Hace 35 años Elizabeth Martínez (51) tuvo su día de gloria al ser electa Reina Nacional de la Vendimia por el departamento de Junín. 

El 20 de mayo pasado relató en forma exclusiva a Diario UNO los dramáticos momentos vividos unos días antes: “Fue el peor de todos mis días y estoy muy traumatizada, además de dolorida”.

La ex soberana fue blanco de dos motochorros al salir de la escuela Sarmiento, en calle Roca de la Quinta Sección, donde ella es docente de sexto grado. El ataque fue sorpresivo, a las 20, cuando caminaba por Rufino Ortega, llevando en su mano un maletín con documentación de la escuela y su cartera en bandolera con dinero, tarjetas y documentación personal. 

No le dieron tiempo a nada. Uno de los maleantes le agarró el maletín mientras el otro le tomó la correa de la cartera,  la tiró al suelo y la arrastró unos tres metros. Nadie pasaba en ese momento para socorrerla y los dos delincuentes huyeron, dejándola tirada con fuertes dolores en la cadera, el ojo derecho, en un hombro y en la cabeza, producto de la fuerte caída.

“El terror –contó– en un primer momento me paralizó”. Trató de levantar los pedazos del celular que cayó de sus manos y se incorporó como pudo para pedirle ayuda a su esposo, quien llegó poco después al lugar y la llevó a una clínica.

“Temí lo peor”

Elizabeth, madre de dos hijos de 29 y 27 años se somete a controles médicos por las lesiones sufridas pero el trauma psicológico continúa. “Siento las motos y me agarra el pánico. No puedo vivir así. Son unos malditos por las secuelas que te dejan. En un momento pensé que si no se desenganchaba la correa de la cartera hubieran vuelto para patearme”.

“No puedo decirte si eran jóvenes o no, porque tenían  el casco puesto, lo que sí puedo asegurarte es que eran extremadamente violentos”.

Luego Elisabeth se refirió a la situación actual que vive Mendoza en el tema inseguridad y aseveró que “esta es una Mendoza muy difícil, ya no es segura. Caminar por las  calles es preocupante porque no sabemos ni siquiera si podemos llevar una cartera. Yo con lo que me pasó ya dejé de hacerlo, pero no se puede vivir así”.